Amnistía Internacional ha informado de que las autoridades egipcias retienen al fundador del mayor productor de productos lácteos y zumos del país y a su hijo en condiciones que equivalen a la tortura debido a su negativa a ceder sus bienes.
El servicio de información estatal de Egipto no ha respondido inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Las detenciones de Safwan Thabet, fundador y ex director general de Juhayna, en diciembre, y de su hijo Seif el din dos meses después, conmocionaron a Juhayna, un grupo muy conocido en Egipto.
Las autoridades les acusan de pertenecer a un grupo terrorista y de financiarlo -lo que suele ser una referencia a los proscritos Hermanos Musulmanes-, según los medios de comunicación estatales. La familia Thabet ha negado cualquier delito en declaraciones en redes sociales.
Este tipo de acusaciones se han extendido en el marco de una campaña de represión que ha afectado a disidentes de todo el espectro político, y ahora se están utilizando para perseguir a empresarios, ha declarado Amnistía Internacional en un comunicado.
Las autoridades no han presentado pruebas de la supuesta afiliación, añadió.
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El gobierno congeló los bienes de Safwan Thabet hace varios años por sus presuntos vínculos con la Hermandad. La empresa, que ha seguido operando con normalidad, no respondió inmediatamente a una petición de Reuters para que comentara el informe de Amnistía.
Antes de sus detenciones, los funcionarios de seguridad egipcios exigieron que Safwan Thabet entregara parte de Juhayna a una entidad de propiedad gubernamental y que Seifeldin renunciara a todas las acciones de su familia, dijo Amnistía, citando fuentes familiarizadas con la empresa y la situación de la familia Thabet.
Las cárceles de Sisi - Caricatura [Sabaaneh/MonitordeOriente]
El Ministerio del Interior y la Fiscalía de Egipto no han hecho comentarios sobre el caso. Tampoco se ha podido contactar con el abogado de Juhayna.
En mayo, Reuters obtuvo documentos que mostraban que Juhayna había presentado varias denuncias ante las autoridades por la suspensión y denegación de decenas de licencias de vehículos que ponían a la empresa en riesgo de sufrir pérdidas.
Las autoridades egipcias han negado en general las acusaciones de malos tratos y malas condiciones en las cárceles.
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