El presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi inauguró ayer la mayor planta de tratamiento de aguas residuales del mundo.
En un comunicado, la Presidencia egipcia indicó que se han gastado 20.000 millones de libras egipcias (1.140 millones de dólares) en la construcción y preparación de la instalación, y añadió que ésta tiene una capacidad de producción de 5,6 millones de metros cúbicos al día.
El agua de la planta de Bahr Al-Baqar se trasladará al norte del Sinaí y se utilizará para regar 476.000 feddans (494 acres) de tierra.
El portavoz de la Presidencia egipcia, Bassam Rady, dijo que esta planta forma parte de una serie de proyectos nacionales para desarrollar el Sinaí y optimizar el uso de los recursos hídricos del país.
Las tuberías utilizadas en la planta fueron fabricadas por egipcios en un esfuerzo por generar más puestos de trabajo, informó el periódico Al Ahram.