El miércoles, la ciudad rusa de Sochi acogerá una nueva cumbre entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, después de que no se hayan celebrado encuentros de este tipo desde hace bastante tiempo.
La última reunión entre ambos presidentes fue hace año y medio, en marzo de 2020, cuando firmaron un alto el fuego en Idlib tras un ataque del régimen sirio en esa localidad, lo que muestra un claro descenso en el ritmo de cumbres entre ambos. Aunque la pandemia de cólera es una de las principales razones de este descenso, es difícil limitar las razones a la pandemia, especialmente a la luz de los numerosos indicios de tensiones no declaradas entre los dos países en los últimos tiempos.
Todos los acontecimientos que precedieron a la cumbre indicaban tensión, desde el asesinato de soldados turcos que fueron blanco de ataques en el norte de Siria, hasta los repetidos bombardeos de aviones rusos en las zonas controladas por Turquía en Idlib, Afrin y otras áreas. También la reciente visita de Assad a Moscú, que muchos vieron como precursora de una posible operación militar del régimen en Idlib, los refuerzos turcos en el norte tras esta visita y la reiteración del presidente turco en su discurso ante la Asamblea General de la ONU de que su país rechaza la anexión rusa de Crimea.La tensión no sólo enturbia el ambiente de la próxima cumbre, sino que también ha provocado el aplazamiento de una cumbre anterior que estaba previsto celebrar en agosto en Rusia. Esto se debió a razones relacionadas con los acontecimientos en Afganistán y la posición de Turquía sobre Ucrania, incluida su venta de aviones no tripulados, y la participación del ministro de Asuntos Exteriores turco en la Plataforma de Crimea, que está en contra de la anexión de Rusia.
En cuanto a la agenda de la reunión, es obvio que la cuestión siria, especialmente la situación en Idlib, estará en primer plano, y así lo confirmaron ambas partes. El portavoz del Kremlin ruso, Dmitry Peskov, dijo: "La agenda [de las conversaciones] será muy amplia, empezando por las relaciones bilaterales y éstas son muy versátiles, y los presidentes siempre tienen algo que hablar en este contexto. Por supuesto, se hablará de Siria y de otros conflictos regionales". El presidente turco dijo algo similar, señalando que no sólo hablarían de Idlib, sino también de las relaciones bilaterales y de la situación en Siria, de lo que han alcanzado respecto a ella y de lo que lograrán allí en el futuro.
Cabe señalar que ambas partes se prepararon para la cumbre a su manera. Rusia trató de calentar la situación en el norte de Siria, ya sea recibiendo al jefe del régimen sirio en Moscú, lo que supone una visita con implicaciones, o intensificando la situación sobre el terreno tanto directamente a través de sus combatientes como indirectamente a través del régimen o de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). La escalada de la situación sobre el terreno se ha convertido en un método recurrente de Rusia para presionar a Ankara antes de las reuniones o en determinados momentos.
LEER: La fina línea entre la guerra fría y la guerra abierta
A pesar del rechazo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía a las elecciones rusas a la Duma Estatal en Crimea, y de la mención de Erdogan a este hecho en Nueva York, Ankara ha allanado el camino a la cumbre con fuertes declaraciones hacia Estados Unidos.
El presidente turco criticó la exclusión de su país del proyecto de aviones de combate F-35, acusando a EE.UU. de falta de sinceridad, así como de apoyar a organizaciones terroristas, señalando que "el estado de las cosas no presagia nada bueno", añadiendo: "Trabajé bien con el presidente George W. Bush, trabajé bien con el señor Obama, trabajé bien con el señor Trump. Pero no puedo decir que hayamos tenido un buen comienzo con el señor Biden". Sin embargo, el mensaje más destacado fue su insinuación del deseo de su país de comprar sistemas S400 adicionales a Rusia en caso de que su país los necesite, y que "En el futuro, nadie podrá interferir en términos de qué tipo de sistemas de defensa adquirimos, de qué país y a qué nivel."
A la luz de estas señales turbulentas, que fluctúan entre lo positivo y lo negativo, es difícil estar seguro de los resultados de la cumbre a partir de ahora, pero se espera que sea difícil dado todo lo anterior, especialmente porque la situación en Idlib es objeto de una gran disputa entre las dos partes. Cada parte acusa a la otra de no respetar los acuerdos firmados entre ellas, incluidos el acuerdo de Sochi y el reciente alto el fuego.En consecuencia, habrá demandas y contrademandas, y Rusia puede presentar ciertas propuestas para modificar o desarrollar el acuerdo de Sochi o acordar algo nuevo en relación con Idlib. Los medios de comunicación turcos han informado de la intención de Putin de presentar una nueva hoja de ruta en relación con Idlib a Erdogan durante la reunión.
Sin embargo, dada la ausencia de grandes sorpresas, no esperamos que la cumbre se traduzca en un gran avance en el expediente sirio, especialmente en lo que respecta a Idlib. Más bien puede haberse convertido en una cumbre de relaciones públicas y en un medio para enfatizar lo que ya se sabe sobre la cuestión siria. Sobre todo porque se celebra únicamente a nivel de los dos presidentes, sin la participación de delegaciones técnico-militares de ambas partes.
LEER: ¿Acaso Turquía necesita a la UE?
En cuanto a las palabras del presidente turco sobre su expectativa de que en la próxima reunión se adopte una "decisión importante", quizás esté más relacionado con las relaciones bilaterales entre ambos países, que las dos partes han logrado desarrollar en los últimos años, al margen de sus diferencias sobre Siria. Estas relaciones han experimentado recientes avances, como el regreso de turistas rusos a Turquía tras la prohibición que Rusia había impuesto a los viajes a este país, con el pretexto de la pandemia de coronavirus.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Arabi21 el 27 de septiembre de 2021
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.