El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado su decisión de trabajar con Rusia en el ámbito de la exploración espacial y la producción de buques de guerra, submarinos y motores a reacción.
En una rueda de prensa, tras la esperada reunión con el presidente ruso Vladimir Putin en la ciudad de Sochi, Erdogan reveló que "Putin quiere trabajar con Turquía en el ámbito espacial. Nuestros equipos estudiarán esta cuestión y crearemos una hoja de ruta". Explicó que "creando una plataforma en el mar y otra en tierra, podemos trabajar conjuntamente en pruebas de lanzamiento de cohetes al espacio".
También acordaron trabajar en la construcción de buques de guerra y motores a reacción, y añadieron que "si Dios quiere, daremos incluso pasos conjuntos en materia de submarinos".
La decisión de trabajar conjuntamente en este tipo de proyectos se extiende también al campo de la energía nuclear, y Erdogan dijo que "discutimos los pasos para construir un segundo y un tercer reactor nuclear". El primero -el reactor nuclear de Akkuyu- ya ha sido construido con la ayuda de Rusia en el sur de Turquía.
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La reunión entre ambos líderes ha sido largamente esperada por muchos, sobre todo ante el deterioro de la situación en la provincia noroccidental siria de Idlib, donde los ataques rusos han golpeado zonas y campamentos civiles para ayudar al régimen sirio de Bashar Al-Assad.
Estos ataques han aumentado en los últimos meses a pesar del acuerdo de alto el fuego alcanzado por Ankara y Moscú en marzo del año pasado. Ese statu quo de cooperación y moderación entre las fuerzas rusas y turcas en la zona se mantendrá, según los informes, y no ha cambiado tras la reunión.
"Por supuesto que se producen algunos problemas en las zonas donde proporcionamos seguridad en Idlib", declaró Erdogan. "Llegamos a un consenso para resolver estos problemas con la diplomacia telefónica entre los líderes, los ministros de Asuntos Exteriores, los ministros de Defensa y el trabajo conjunto de las respectivas agencias de inteligencia".
Tras la reunión, sin embargo, se informó de un estado de cautelosa calma en el noroeste de Siria, ya que el cielo estaba libre de aviones rusos.