Cientos de tunecinos se manifestaron el domingo 3 de octubre en la capital para mostrar su apoyo al presidente Kais Saied.
Reunidos en la avenida Habib Bourguiba, los manifestantes corearon eslóganes y portaron pancartas, algunas de las cuales decían: "El pueblo está derrocando el sistema de corrupción", "No a la vuelta al sistema parlamentario", "No al sistema que destruye nuestras esperanzas y sueños".
El 25 de julio, Saied derrocó al gobierno, suspendió el parlamento y asumió la autoridad ejecutiva. Aunque insiste en que sus "medidas excepcionales" pretenden "salvar" al país, los críticos le acusan de orquestar un golpe de Estado.
La mayoría de los partidos de Túnez rechazan las medidas de Saied, y algunos le acusan de orquestar un golpe de Estado contra la Constitución. Otros partidos, sin embargo, creen que las decisiones de Saied son correctas a la luz de la crisis política, económica y sanitaria del país.
Túnez ha sido considerado el único país que ha logrado llevar a cabo una transición democrática entre los países árabes que fueron testigos de revoluciones populares que derrocaron a los regímenes gobernantes, como Egipto, Libia y Yemen.