Se ha revelado que los políticos libaneses son los que más empresas offshore tienen en el mundo, sólo seguidos por el Reino Unido e Irak.
Tras una filtración de millones de archivos confidenciales, el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ) publicó ayer una investigación pionera denominada "Pandora Papers", que revela la vasta red de políticos y élites que han estado ocultando su riqueza en paraísos fiscales donde registraron empresas y cuentas.
Se descubrió que más de 330 políticos y funcionarios de 91 países tenían vínculos con los paraísos fiscales, donde invertían su dinero y evadían impuestos, entre ellos 35 dirigentes actuales y anteriores.
Entre ellos destacan los libaneses, sobre todo el recién nombrado Primer Ministro Najib Mikati y el Gobernador del Banco Central Riad Salameh. Según los documentos, el multimillonario Mikati posee una sociedad offshore con sede en Panamá que utilizó para comprar propiedades en Mónaco por valor de 10 millones de dólares.
El hijo de Mikati, Maher, también está implicado en la investigación, ya que posee dos empresas en las Islas Vírgenes Británicas que le permitieron comprar una oficina para la empresa de inversiones internacionales de la familia -el Grupo M1- en el centro de Londres.
En un comunicado, Mikati respondió a las filtraciones asegurando que los negocios de su familia y todas sus operaciones financieras se ajustan al derecho internacional, que su fortuna se amasó antes de su participación en la política y que el Grupo M1 y sus filiales "han mantenido la separación entre lo público y lo privado".
Insistiendo en que la empresa "cumple con las normas mundiales", dijo que se consultaba periódicamente a los auditores y que su patrimonio se declaraba al Consejo Constitucional libanés.
El malentendido, según el primer ministro, fue con los Papeles de Pandora, que proporcionan la noción de que todas o la mayoría de las cifras son sospechosas simplemente "por el mero hecho de figurar allí". Condenó ese punto de vista, diciendo que "va en contra de las prácticas empresariales de libre mercado y de los principios de buen gobierno... que defiende la familia Mikati".
Maher declaró a Al Jazeera que "el uso de entidades en paraísos fiscales podría considerarse una forma de evasión de impuestos para los ciudadanos estadounidenses y de la UE, pero no es el caso de los libaneses". Se hizo eco de ese punto al ICIJ, afirmando que en Líbano se considera una práctica normal y se hace "debido al fácil proceso de incorporación" en lugar del deseo de evadir impuestos.
Entre otras destacadas figuras libanesas que figuraban en las filtraciones estaban el ex primer ministro Hassan Diab, el ex diputado Neemat Frem, el ex ministro y presidente del Banco Al-Mawarid Marwan Kheireddine y el ex vicegobernador del Banco Central Mohammad Baasiri.
A pesar de no ser ilegales según el derecho internacional, el hecho de que las empresas y cuentas en paraísos fiscales estén a menudo vinculadas a la evasión fiscal y a la ocultación de riqueza las convierte en una forma indirecta de corrupción. Las revelaciones sobre el uso generalizado de esta práctica por parte de políticos y personalidades libanesas llegan en un momento en que el país atraviesa una serie de crisis políticas y económicas.
Tras la explosión de Beirut del año pasado y las turbulencias políticas, la moneda libanesa se ha desplomado bruscamente y la escasez de productos esenciales, como el combustible, ha asolado el país. La corriente sufre lo que el Banco Mundial ha descrito como una de las depresiones más agudas de los tiempos modernos. Según las Naciones Unidas, casi tres cuartas partes de la población libanesa viven ahora en la pobreza.
Los Pandora Papers son considerados por muchos como una prueba más de la implicación de la clase política libanesa en la corrupción rampante que sufre gran parte del país.