Las Naciones Unidas declararon ayer que unos cinco millones de personas del norte y el noreste de Siria están afectadas por la escasez de agua.
"Hemos recibido informes de que cinco millones de personas se ven afectadas por la actual crisis del agua en el norte y el noreste de Siria", dijo un portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, a los periodistas en Nueva York.
"La gente en todo el norte de Siria no ha podido acceder de forma fiable a agua suficiente y segura debido a los bajos niveles de agua, las interrupciones en los sistemas de agua y la ya reducida capacidad operativa de las estaciones de agua", dijo.
"La falta de agua potable está provocando un aumento de la prevalencia de las enfermedades transmitidas por el agua y está reduciendo una primera línea de defensa fundamental para frenar la pandemia del COVID-19. La falta de electricidad también se suma a la presión sobre la salud pública, los sistemas educativos y está afectando de manera desproporcionada a la salud general y reproductiva de las mujeres y las niñas", añadió.
El funcionario señaló que las Naciones Unidas, junto con sus socios, han puesto en marcha un plan para atender a 3,4 millones de personas afectadas en los próximos seis meses.
En este sentido, el responsable de la ONU dijo que los requisitos identificaron la necesidad de una respuesta multisectorial de 251 millones de dólares, y señaló que sólo se habían recibido 51 millones.