La oficina ejecutiva del Movimiento Ennahda de Túnez expresó ayer su "profunda preocupación por los intentos de presión para someter al poder judicial al servicio de las agendas políticas, así como por los insultos, el escepticismo y la locura a la que se han visto sometidos los jueces".
En un comunicado publicado por el partido en su página de Facebook, la oficina destacó su "respeto a la independencia del poder judicial como garante de los derechos, las libertades y la justicia".
Por otra parte, la oficina advirtió contra "los peligros de atacar a medios de comunicación como el canal de televisión "Al-Zaytouna" y de detener a periodistas o remitirlos a los tribunales militares sin razones válidas", considerando estas prácticas como "un atentado contra la libertad de prensa y de los medios de comunicación".
La oficina también ha subrayado su "denuncia del discurso de odio e incitación que el discurso político ha presenciado en los últimos tiempos, y los intentos de dividir a los tunecinos utilizando acusaciones de traición, criminalización y corrupción, describiendo a los oponentes políticos con calificativos bajos e inferiores".
La oficina de Ennahda señaló que "la tensión se ha disparado tras el 25 de julio, el 2021, en claro contraste con los fundamentos de la convivencia y la ética del diálogo democrático".
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La oficina recordó que "la competencia política dentro de una misma nación debe mantenerse en el contexto de la diversidad, la diferencia y la relatividad" y que "es deber de todos los actores exhibir la comunicación requerida y de los medios de comunicación respetar la elección de las palabras", subrayando "lo importante que es que las figuras del Estado se comprometan a dar el ejemplo y sean modelos para alejar la tensión y apoyar los lazos de la unidad nacional".
El 25 de julio, el presidente tunecino, Kais Saied, invocó el artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro, Hicham Mechichi, congelar el trabajo del parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades de Túnez criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
La mayoría de los partidos políticos del país tacharon la medida de "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011.