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Hezbolá: no nos veremos arrastrados a una nueva guerra civil en el Líbano

Cientos de simpatizantes del grupo chiíta Movimiento Amal y de Hezbolá se reúnen durante una protesta celebrada para exigir la destitución del investigador judicial Tarek Bitar, que lleva la investigación del puerto de Beirut 2020, en Beirut, Líbano, el 14 de octubre de 2021 [Houssam Shabaro - Agencia Anadolu].

Hezbolá dijo hoy que no se dejará arrastrar a una guerra civil, un día después de que siete chiíes murieran en la violencia callejera más sangrienta de Beirut en más de una década, informa Reuters.

El alto dirigente de Hezbolá, Hashem Safieldin, repitió la acusación de Hezbolá de que el partido Fuerzas Libanesas Cristianas, un grupo que tuvo una poderosa milicia en la guerra civil de 1975-90, había abierto fuego en una emboscada premeditada.

No hubo comentarios inmediatos de las Fuerzas Libanesas, que ayer negaron acusaciones similares.

"No nos arrastrarán a la guerra civil, pero al mismo tiempo no dejaremos que la sangre de nuestros mártires sea en vano", dijo Safieldin durante un discurso en el funeral de los miembros de Hezbolá muertos en el tiroteo.

Acusó a las Fuerzas Libanesas de recibir órdenes de Estados Unidos, que incluye a Hezbolá en su lista de grupos terroristas, y de estar financiadas por "algunos países árabes", en aparente referencia a Arabia Saudí.

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El tiroteo comenzó cuando la gente se reunía para una protesta convocada por Hezbolá contra el principal investigador de la explosión del puerto de Beirut, en una violencia que despertó el recuerdo de la ruinosa guerra civil del país entre 1975 y 1990.

"Este acto pretendía... encender el país y provocar conflictos", dijo Safieldin, mientras los dolientes coreaban "muerte a Estados Unidos".

"Como saben que no queremos conflictos civiles, se han atrevido a hacerlo", dijo.

La violencia, que estalló en un límite entre barrios cristianos y musulmanes chiítas, ha aumentado la preocupación por la estabilidad de un país que está inundado de armas y que se enfrenta a una de las crisis económicas más graves del mundo.

Los féretros estaban envueltos en banderas amarillas de Hezbolá y rodeados de hombres con uniforme militar durante el funeral en los suburbios del sur de Beirut.

Tres miembros del movimiento chiíta Amal fueron enterrados en funerales separados.

Ayer se anunció la muerte de una séptima persona, un miembro chiíta de Hezbolá.

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