Es importante basarse en las resoluciones de la ONU y apoyar las percepciones y los mecanismos de trabajo de la Corte Penal Internacional (CPI) para considerar la posibilidad de llevar a cabo una investigación penal formal sobre los crímenes cometidos por las autoridades de ocupación israelíes en Palestina. Se trata de un paso fundamental para garantizar la rendición de cuentas de Israel por las décadas de su ocupación. El Relator Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967 ha dicho que la rendición de cuentas sigue ausente, y lo ha estado desde el comienzo de la ocupación.
Dada su capacidad y alcance internacional, la ONU debería dar prioridad a la creación de una base de datos sobre los colonos y sus crímenes en los territorios palestinos ocupados, para llevar a todos los implicados ante la justicia y procesarlos como terroristas. Su terrorismo se lleva a cabo bajo la protección de las fuerzas de seguridad de la ocupación y patrocinado por el gobierno racista y colono-colonial. La justicia exige que no se permita que esto continúe sin control. Estos colonos terroristas atacan a los agricultores palestinos y a sus tierras, e intentan impedir que recojan la cosecha de aceitunas, pero no disuaden ni intimidan a los indígenas de esta bendita tierra. Ahora, los esfuerzos de solidaridad popular de diversos grupos palestinos, incluidos los estudiantes universitarios y las instituciones nacionales, para apoyar y proteger a los agricultores y ayudarles a recoger las cosechas deben unirse en su firmeza y apego a la tierra.
A lo largo de los años, la ONU ha aprobado decenas de resoluciones condenando diversos aspectos de la arraigada ocupación israelí de los territorios palestinos, pero nunca se han impuesto sanciones de ningún tipo para hacer cumplir la voluntad de la comunidad internacional. Las numerosas violaciones de Israel nunca han tenido consecuencias para el Estado del apartheid. Sin embargo, la posibilidad de rendir cuentas se vislumbra en el horizonte, lo que da a los palestinos cierta esperanza de que la impunidad de Israel termine y su gobierno extremista y sus colonos ilegales dejen de cometer sus actos terroristas en los territorios palestinos ocupados.
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Sin embargo, hasta la fecha no parece haber ningún movimiento en sentido práctico para que Israel rinda cuentas. No hemos oído hablar mucho de la investigación preliminar de la CPI sobre la ofensiva israelí de 2014 contra los palestinos en la Franja de Gaza, la expansión de los asentamientos israelíes y, más recientemente, el asesinato y las heridas de manifestantes palestinos cerca de la valla fronteriza nominal en Gaza, la Jerusalén ocupada y Cisjordania. ¿Dónde están los investigadores que investigan las violaciones de los derechos humanos y los posibles crímenes de guerra y contra la humanidad?
Es hora de que se realicen investigaciones exhaustivas y se cree un centro de información de la ONU que cubra los crímenes cometidos diariamente en Palestina por las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes. Dicho centro proporcionaría apoyo a los investigadores, así como a las víctimas de los abusos de los derechos humanos de Israel. El derecho internacional debe ser respetado; ese es todo el propósito de la propia ONU, por lo que es importante que la comunidad internacional respete y defienda las leyes y convenciones por las que se supone que todos los Estados deben conducir sus asuntos. Al fin y al cabo, la comunidad internacional redactó esas leyes, ratificó las convenciones y creó las instituciones para aplicarlas, por lo que hay que apoyarlas.
El Estado colono-colonial de Israel nunca ha declarado cuáles son sus fronteras. Está ampliando el territorio bajo su control a diario, erradicando de forma lenta pero segura la tierra supuestamente asignada para un Estado palestino independiente. Por eso hay que dar sin demora el pleno reconocimiento al Estado de Palestina y a sus instituciones.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Addustour el 20 de octubre de 2021
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