Turquía no invitó a la ceremonia del Día de la República a los diez embajadores occidentales que pidieron la liberación del activista detenido, Osman Kavala, lo que revela el continuo descontento de Ankara con los enviados.
Después de que los embajadores occidentales -de Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Francia, Alemania, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia- emitieran una declaración conjunta pidiendo la liberación del empresario y activista turco detenido Osman Kavala el 18 de octubre, el presidente Recep Tayyip Erdogan los declaró "personas non gratas" y amenazó con expulsarlos del país.
Sin embargo, los planes de expulsión de los enviados se cancelaron a principios de esta semana, después de que las conversaciones secretas entre funcionarios turcos y estadounidenses evitaran la crisis diplomática al acordar Estados Unidos la reafirmación del artículo 41 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que garantiza la no injerencia en los asuntos internos del país anfitrión.
La embajada de EE.UU. en Turquía publicó entonces un comunicado en Twitter en el que decía que "Estados Unidos señala que mantiene el cumplimiento del artículo 41 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas". Algunas de las otras embajadas publicaron una declaración similar, mientras que las demás retuitearon la de Estados Unidos.
OPINIÓN: Cuando el silencio es la mejor diplomacia
A pesar de que la controversia ha terminado oficialmente y los embajadores han sido indultados, los diez embajadores no fueron invitados a la ceremonia oficial que tuvo lugar ayer en la presidencia turca en Ankara, en la que se conmemoró el 98º aniversario de la creación de la moderna república turca.
La negativa a invitar a los enviados revela las tensiones que aún persisten entre ellos y Ankara, que muchos predijeron que continuarían mucho después de la serie de acontecimientos. Según la agencia de noticias turca Anka, ya se había notificado a las embajadas de los países que no serían invitados a la ceremonia.
Al parecer, gran parte de la sociedad turca sigue enfadada con los embajadores y sus países, y algunos políticos y funcionarios siguen hablando en contra de ellos de forma extraoficial.