Estados Unidos ha puesto en marcha una serie de sanciones que parecen apuntar directamente al programa de aviones de combate no tripulados de Irán, alegando la preocupación de que utilice esta tecnología para causar estragos en la región y en África Oriental.
El Tesoro de Estados Unidos ha sancionado esta semana al general de brigada iraní Saeed Aghajani, figura de la Guardia Revolucionaria iraní (IRGC) que dirige el comando de vehículos aéreos no tripulados (UAV) de la unidad. Las sanciones también afectan a dos empresas que desarrollan los drones iraníes y les proporcionan componentes: Kimia Part Sivan y Oje Parvaz Mado Nafar.
El programa de drones de combate de Teherán es el principal objetivo de las sanciones del Tesoro, ya que se dice que Aghajani es la figura que está detrás del ataque a una instalación petrolera saudí en 2019 y del ataque a un barco comercial frente a la costa de Omán en julio de este año.
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En su anuncio de las sanciones, el Tesoro se refirió directamente y condenó el suministro de drones por parte de Irán -aunque de menor calidad- a sus grupos apoderados como Hezbolá en Líbano y los hutíes en Yemen. También declaró que se han visto vehículos aéreos no tripulados iraníes en la asediada región etíope de Tigray, "donde la escalada de la crisis amenaza con desestabilizar la región en general".
Según el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, "la proliferación de vehículos aéreos no tripulados de Irán en toda la región amenaza la paz y la estabilidad internacionales". Añadió que el Tesoro de EE.UU. "seguirá exigiendo a Irán que rinda cuentas por sus actos irresponsables y violentos".
El mes pasado, Israel acusó al CGRI de proporcionar entrenamiento con vehículos aéreos no tripulados a sus grupos de milicianos cerca de la ciudad iraní de Isfahan. Más recientemente, los drones iraníes fueron supuestamente responsables del ataque a la base militar estadounidense de Al-Tanf en el este de Siria esta semana.
En junio de este año, Irán también afirmó que sus aviones no tripulados tienen un largo alcance de 7.000 kilómetros, lo suficientemente lejos como para llegar a los estados de la región y más allá, incluido Israel.