Los manifestantes furiosos de la ciudad de Agareb, en el sur de Túnez, quemaron el martes un puesto de la Guardia Nacional, tras la muerte de un manifestante un día antes.
Su familia dijo que el manifestante murió a causa de un bote de gas disparado por las fuerzas de seguridad durante las protestas nocturnas. El Ministerio del Interior tunecino desmintió la versión de la familia.
Las protestas en Agareb, en la provincia de Sfax, se desencadenaron inicialmente por la reapertura por parte de las autoridades de un vertedero que había sido cerrado a finales de septiembre debido a las denuncias presentadas por los vecinos de que contaminaba el medio ambiente.
Según un reportero de la Agencia Anadolu, las fuerzas de seguridad se retiraron de la zona después de nuevos enfrentamientos en los que los manifestantes incendiaron el puesto de la Guardia Nacional.
No se ha informado de víctimas.
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El lunes por la noche, el presidente tunecino, Kais Saied, pidió al ministro del Interior, Taoufik Charafeddine, que interviniera inmediatamente para poner fin a la escalada en Sfax, según una publicación en Facebook de la presidencia tunecina.
Túnez está sumido en una profunda crisis política desde que Saied destituyó al gobierno, suspendió el parlamento y asumió el poder ejecutivo el 25 de julio.
Los acontecimientos en Agareb suponen un serio desafío para el nuevo gabinete recientemente presentado, encabezado por Najla Bouden, que fue nombrada por Saied como la primera mujer primer ministro del país.