Un palestino, que lleva meses sin comer en protesta por su detención sin cargos por parte de Israel, está a punto de sufrir un colapso, dijo su madre, después de que los manifestantes pidieran su liberación y la de otras personas que también están en huelga de hambre.
El peso de Miqdad Al-Qawasmi se ha reducido casi a la mitad desde el 21 de julio, cuando empezó a rechazar la comida y a beber sólo agua con sal, según su familia.
Su protesta -y las huelgas de hambre paralelas de otros cinco detenidos también de la Cisjordania ocupada- es una respuesta a su detención administrativa, en virtud de la cual Israel puede retener a los palestinos que considera sospechosos durante un máximo de 60 días sin cargos, y ampliar ese periodo con la aprobación de un tribunal.
Las Naciones Unidas y la Unión Europea han criticado esta práctica.
Incapaz de hablar, Qawasmi, de 24 años, es el más frágil de los seis.
"Su estado de salud se está colapsando debido a la continua huelga de hambre; está en alto riesgo", dijo la madre de Qawasmi, Iman Qawasmi, a Reuters la semana pasada en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Kaplan en Rehovot, cerca de Tel Aviv.
"... ¿Por qué nadie interviene para salvar la vida de un ser humano?".
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Pasó varias semanas en el hospital antes de ser trasladado de nuevo a una clínica de la prisión de Ramle.
Qawasmi fue detenido en enero. Un funcionario de seguridad israelí dijo que su detención administrativa estaba "bien fundada en la información que se presentó a un tribunal" en relación con su participación en actividades vinculadas al grupo islamista palestino Hamás. Este estatus ha sido suspendido dada su hospitalización, añadió el funcionario.
Los palestinos han organizado protestas en Cisjordania, parte del territorio que Israel capturó en la guerra de Oriente Medio de 1967, en apoyo de Qawasmi y los otros cinco huelguistas de hambre.
"Pedimos a la Autoridad Palestina que movilice sus recursos (...) para garantizar la solidaridad internacional con los presos", dijo el martes el manifestante Omar Assaf durante una protesta en la ciudad cisjordana de Ramala.
Hay unos 500 palestinos recluidos en cárceles israelíes en régimen de detención administrativa, según funcionarios palestinos. Israel nunca ha hecho públicas las cifras.