El presidente del suspendido Parlamento tunecino, Rached Ghannouchi, afirmó ayer que dimitiría si eso resolviera la crisis política en Túnez.
"Si mi dimisión es una solución, no dudaré en anunciarla", declaró Ghannouchi al diario local Al-Sabah.
"Nos enfrentamos a dos opciones; o que el presidente se retracte de sus decisiones o que la crisis continúe", dijo Ghannouchi, añadiendo que la solución propuesta para resolver la crisis es "que el presidente se atenga a la Constitución y a sus mecanismos".
El 25 de julio, el presidente tunecino Kais Saied se acogió al artículo 80 de la Constitución para destituir al primer ministro Hicham Mechichi, congelar el trabajo del Parlamento durante 30 días, levantar la inmunidad de los ministros y nombrarse a sí mismo jefe del poder ejecutivo hasta la formación de un nuevo gobierno.
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Esto se produce después de que estallaran violentas protestas en varias ciudades tunecinas criticando la gestión del gobierno en materia de economía y el coronavirus. Los manifestantes habían pedido la disolución del Parlamento.
El 29 de septiembre nombró un primer ministro y desde entonces se ha formado un gobierno.
La mayoría de los partidos políticos del país tacharon la medida de "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011.