Decenas de tunecinos celebraron ayer una concentración frente al edificio del Teatro Municipal, en la calle Habib Bourguiba, después de que un manifestante muriera por inhalación de gases lacrimógenos durante las manifestaciones por la reapertura de un vertedero en la ciudad costera de Sfax.
Abderrazek Lacheheb, de 35 años, murió a primera hora del martes en Aguereb, en la región de Sfax, en la costa central, después de que las fuerzas de seguridad utilizaran gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Un médico y un familiar dijeron que murió por asfixia.
La fiscalía ha abierto una investigación sobre el incidente, mientras que el Ministerio del Interior dijo que el hombre murió como resultado de una condición de salud previa.
Los manifestantes criticaron al presidente Kais Saied y al ministro del Interior, Taoufik Charafeddine, y los responsabilizaron de la escalada de tensión en la ciudad.
El movimiento tunecino Ennahda también culpó a Saied de los enfrentamientos que provocaron la muerte de Lacheheb.
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