Diputados británicos han pedido al primer ministro Boris Johnson que elimine un programa multimillonario financiado por los contribuyentes para los países del Golfo, tras su implicación en el escándalo del programa espía israelí Pegasus a principios de este año.
El programa espía Pegasus, desarrollado por el grupo israelí NSO, se hizo tristemente célebre en julio, cuando el Citizen Lab de la Universidad de Toronto sacó a la luz el uso indebido de este programa por parte de numerosos gobiernos mediante el pirateo de unos 50.000 teléfonos y dispositivos pertenecientes a periodistas, activistas de derechos humanos y críticos políticos de todo el mundo.
Entre esos gobiernos clientes se encontraban los Estados árabes del Golfo, como los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Arabia Saudí y Bahréin.
Los diputados británicos -encabezados por la portavoz de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional del Partido Liberal Demócrata, Layla Moran- han pedido ahora al Reino Unido que elimine el Fondo Estratégico del Golfo, un programa gestionado por el gobierno británico que apoya a los seis Estados árabes del Golfo y que forma parte de la política exterior del país hacia ellos.
En una carta escrita y firmada por los parlamentarios, éstos dijeron al primer ministro Johnson que los hackeos apoyados y ordenados por los estados del Golfo "parecen mostrar un flagrante desprecio por parte de estos estados del CCG [Consejo de Cooperación del Golfo] tanto por el derecho británico como por el internacional".
También cuestionaron la contribución del programa a la seguridad nacional del Reino Unido, afirmando que "el suministro continuado de equipos y servicios de vigilancia, así como de formación y equipos militares y técnicos avanzados a Arabia Saudí, los EAU y Bahréin, puede suponer de hecho una grave amenaza para nuestra seguridad nacional".
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Después de que se informara sobre el programa confidencial a principios de este año, cuando se reveló que el Reino Unido proporcionó al ejército saudí 2,4 millones de libras esterlinas, el diputado conservador James Cleverly insistió en que el Fondo de Estrategia del Golfo ayuda a Riad a "proteger su seguridad nacional" y, en general, tiene un "impacto positivo significativo en los derechos humanos en la región".
A través del programa, el Reino Unido ya ha proporcionado hasta 53,4 millones de libras a los seis Estados del Golfo con los que está aliado. Aparte de cuestiones como el pobre historial de derechos humanos de esos Estados y la guerra en curso en Yemen, que ya han sido objeto de críticas, el escándalo en torno al programa de espionaje Pegasus resulta ser otro obstáculo para la legitimidad del programa entre algunos diputados.
Los parlamentarios dijeron a Johnson que el "gobierno no ha condenado públicamente las acciones de NSO Group ni de los gobiernos saudí, emiratí y bahreiní, ni ha tomado medidas sustanciales para proteger a los ciudadanos y residentes del Reino Unido".
También exigieron que el Reino Unido incluya en su lista negra e imponga restricciones y sanciones al NSO Group, algo que ya hizo Estados Unidos la semana pasada. Al igual que Washington, Londres debe "garantizar una supervisión mucho más estricta de la concesión de licencias de los programas informáticos pertinentes en cumplimiento de la legislación internacional sobre derechos humanos", subrayaron los diputados.
En contra de los llamamientos para oponerse a la empresa israelí de software espía, a principios de 2020 se informó de que el gobierno británico le estaba ayudando a vender sus productos y software.