Diecinueve organizaciones sirias de derechos humanos y de vigilancia han expresado su preocupación por la reanudación de la cooperación entre la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y el régimen sirio. La decisión, dicen los grupos, ha creado miedo entre los sirios dentro y fuera de su país.
Aunque la Interpol es "políticamente neutral" y está dispuesta a no perjudicar a las personas buscadas por motivos políticos, las organizaciones afirmaron el martes que el régimen de Assad junto con sus organismos de seguridad y el poder judicial son capaces de eludir esto simplemente no reconociendo la presencia de opositores políticos y activistas civiles o de los medios de comunicación.
"Desde el comienzo del levantamiento popular en Siria", señaló la declaración conjunta, "las agencias estatales han estado clasificando a dichos opositores y activistas, incluidos los que trabajan en la ayuda humanitaria y médica, como terroristas y delincuentes buscados."
Las organizaciones pidieron a Interpol que reconozca la posibilidad de que el régimen sirio abuse de su pertenencia al organismo internacional para dictar órdenes de detención internacionales por motivos políticos y no penales. El comunicado conjunto ha sido enviado a Interpol.
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