Polonia dijo el martes que grupos de migrantes habían hecho nuevos intentos de cruzar la frontera desde Bielorrusia y que sería prematuro decir que lo peor de la crisis en la frontera oriental de la Unión Europea había pasado, informa Reuters.
La portavoz de la Guardia de Fronteras, Anna Michalska, dijo que unos 50 migrantes intentaron cruzar el lunes por la tarde, y que 18 consiguieron atravesar brevemente la barrera de alambre de espino.
Otro grupo de tamaño similar se reunió, pero finalmente desistió de su intento de cruzar por otro lugar.
Los países europeos llevan meses acusando a Bielorrusia de haber diseñado la crisis de los inmigrantes al traerlos en avión desde Oriente Medio y empujarlos a intentar cruzar ilegalmente a la UE a través de Polonia, Lituania y Letonia.
Bielorrusia desalojó los campamentos de migrantes en la frontera la semana pasada y permitió el primer vuelo de repatriación a Irak en meses. Unos 120 migrantes habían abandonado el país el lunes y otros lo harían el martes, según el Ministerio del Interior bielorruso.Pero las autoridades de Varsovia afirmaron que los nuevos incidentes en la frontera demuestran que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, no ha renunciado a sus planes de utilizar a los miles de inmigrantes que huyen de Oriente Medio y otros puntos conflictivos como arma en el enfrentamiento con la UE.
"Las tácticas y los métodos están cambiando y quizás la nueva oleada sea menos espectacular... pero esto no significa que la situación se calme", dijo en una rueda de prensa Stanislaw Zaryn, portavoz de los servicios especiales de Polonia.
"Hay repetidos intentos de cruzar la frontera y continuarán".
Las autoridades polacas estiman que unos 10.000 o más inmigrantes podrían estar todavía en Bielorrusia, dijo, creando la posibilidad de más problemas.
La vecina Lituania se hizo eco de este sentimiento.
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"La situación es estable, pero sigue siendo tensa... seguirá siendo complicada durante mucho tiempo", declaró a la radio Ziniu el asesor presidencial lituano de seguridad nacional, Darius Kuliesius.
Lukashenko, que niega las acusaciones de haber fomentado la crisis, ha presionado a la UE y a Alemania, en particular, para que acepten a algunos migrantes mientras Bielorrusia repatría a otros, una demanda que el bloque ha rechazado de plano hasta ahora.
Las agencias humanitarias afirman que hasta 13 migrantes han muerto en la frontera, donde muchos han sufrido en un bosque frío y húmedo, con poca comida y agua, a medida que el gélido invierno se va imponiendo, y el martes cayó la primera nevada desde que comenzó la crisis.