Setenta destacados escritores, poetas y dramaturgos de varios continentes han firmado una carta en la que apoyan el boicot de Sally Rooney a Israel, describiéndolo como "una respuesta ejemplar a las crecientes injusticias infligidas a los palestinos".
Entre los firmantes de la carta se encuentran importantes autores, como los galardonados irlandeses Niamh Campbell y Kevin Barry; los estadounidenses Rachel Kushner, Eileen Myles y Eliot Weinburger; y los británicos Monica Ali, Caryl Churchill, Pankaj Mishra, China Miéville y Kamila Shamsie.
"La negativa de Sally Rooney a firmar un contrato con una editorial israelí convencional -que comercializa la obra del Ministerio de Defensa israelí- es, por tanto, una respuesta ejemplar a las crecientes injusticias infligidas a los palestinos", dice la carta, que continúa destacando el llamamiento de los artistas palestinos a sus colegas internacionales "para que pongan fin a la complicidad con las violaciones de sus derechos humanos por parte de Israel".
El mes pasado, la galardonada novelista irlandesa rechazó una oferta de una editorial israelí para traducir su libro al hebreo. Su decisión provocó un acalorado debate en torno al boicot a Israel. Los grupos pro-israelíes acusaron a Roony de antisemitismo. Pintaron falsamente el boicot a Israel de esta mujer de 30 años como un boicot al hebreo. Sin embargo, este no era el caso. Rooney instó a los editores no israelíes a traducir su obra al hebreo.
Al rechazar la oferta, Rooney declaró el mes pasado que apoyaba el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que trabaja para "poner fin al apoyo internacional a la opresión de los palestinos por parte de Israel y presionar a este país para que cumpla con el derecho internacional", y que no le parecía correcto colaborar con una empresa israelí "que no se distancie públicamente del apartheid y apoye los derechos del pueblo palestino estipulados por la ONU".
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Al describir el contexto del boicot de Rooney a Israel, la carta señalaba el histórico informe de abril de Human Rights Watch, que acusaba al Estado de ocupación de practicar el apartheid, y el ataque de 11 días de Israel a la asediada Franja de Gaza. "Hace menos de un año que Human Rights Watch concluyó que Israel había "desposeído, confinado, separado por la fuerza y subyugado a los palestinos", lo que equivale a los "crímenes contra la humanidad del apartheid y la persecución"", decía la carta. "Sólo han pasado unos meses desde el último bombardeo de Gaza, desde la última incursión en la mezquita de Al-Aqsa y la nueva ronda de órdenes de expulsión en el Jerusalén Oriental ocupado".
"Este es el contexto de la decisión de Sally Rooney", explicaba la carta, y añadía que "al tomarla, no está sola". Los firmantes mencionaron que en mayo, Rooney fue uno de los más de 16.000 artistas que condenaron los crímenes de Israel en lo que describieron como "Una carta contra el apartheid". El apartheid israelí, decían, está "sostenido por la complicidad internacional; es nuestra responsabilidad colectiva reparar este daño".
"Al apoyar a Sally Rooney, reafirmamos esa responsabilidad", decía la carta. "Al igual que ella, seguiremos respondiendo al llamamiento palestino a la solidaridad efectiva, al igual que millones de personas apoyaron la campaña contra el apartheid en Sudáfrica. Seguiremos apoyando la lucha no violenta de los palestinos por la libertad, la justicia y la igualdad".