Otro intento de gestión de gestos simbólicos por parte de la Autoridad Palestina, esta vez por parte del Primer Ministro, Mohammed Shtayyeh. "Quien no puede castigar a Israel puede al menos ayudar a Palestina", declaró durante una reunión en el Parlamento noruego en Oslo, en presencia de miembros de la Comisión Permanente de Asuntos Exteriores y Defensa.
Según Shtayyeh, el hecho de no responsabilizar a Israel por su violencia colonial puede contrarrestarse reconociendo un Estado palestino independiente basado en las fronteras de 1967, así como el derecho al retorno de los refugiados palestinos.
No se mencionó el hecho de que Israel impide que ambas cosas se lleven a cabo. Sin responsabilidad, Israel no se descolonizará y no aceptará el derecho de los palestinos a regresar a la Palestina histórica.
También hay que recordar a Shtayyeh que la propia AP ha trabajado en contra de la descolonización y del derecho al retorno de los refugiados palestinos. El paradigma de los dos Estados no garantiza un Estado palestino. Afirma la protección del proyecto colonial de Israel, que va en contra de las aspiraciones de independencia palestina. Además, el derecho al retorno de los palestinos en el contexto de los dos Estados es simbólico y no tiene peso político, lo que refleja la comprometida Resolución 194 de la ONU que exige que los palestinos vivan junto a los colonizadores. Si, ya en 1948, la ONU no pretendía que el pueblo palestino volviera a una Palestina descolonizada, ¿qué hace creer a Shtayyeh que, décadas después, el reconocimiento simbólico de un Estado palestino y el derecho al retorno tendrán algún peso político?
De hecho, la declaración más reveladora de Shtayyeh invoca la protección de la diplomacia de los dos Estados. "El mundo debe actuar para proteger la solución de los dos Estados que Israel está trabajando sistemáticamente para destruir", declaró Shtayyeh.
Israel ya ha destruido la posibilidad de los dos Estados, y la comunidad internacional no es reacia a su desaparición. La AP sabe que la realidad de los dos Estados no se llevará a cabo, como pretendía la comunidad internacional desde el principio. Sin embargo, este conocimiento no exime a Shtayyeh de pedir a los defensores del compromiso de los dos Estados que mantengan el término medio y apoyen a Israel en nombre de la neutralidad. Negarse a castigar a Israel y apoyar a Palestina no es más que una peligrosa contradicción, que se viene aplicando desde 1948 y que ha dado lugar a la actual pérdida territorial, de la que se ha culpado recientemente al gobierno de Naftali Bennett, como si no hubiera habido una serie de pasos previos que han conducido a la actual anexión de facto.
En pocas palabras, la comunidad internacional no ayuda a Palestina con un reconocimiento simbólico. Lo único que consigue con ello es reforzar la presencia diplomática de la AP, que también es desechable para Israel y la comunidad internacional. La relevancia de la AP está ligada a la expansión colonial de Israel y su papel, desvinculado como está de los palestinos, no augura necesariamente su permanencia, especialmente si Israel y sus aliados deciden que la diplomacia de los dos Estados ya no es necesaria. En la actualidad, sirve de barniz para posibles negociaciones, a pesar de que Israel está alterando el paisaje de Palestina con gran rapidez. La AP no está ayudando a Palestina, de ahí la insistencia de Shtayyeh en que la comunidad internacional siga haciendo lo que siempre ha hecho: apoyar a Israel y prestarle a Palestina sólo de boquilla.
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