Estados Unidos ha nombrado un embajador en Sudán por primera vez en 25 años, después de que Washington elevara su representación diplomática con Jartum de Encargado de Asuntos a embajador.
Según Al-Arabiya, John Godfrey fue nombrado ayer enviado de Estados Unidos a Jartum, convirtiéndose en el primer embajador estadounidense en el país desde 1996, cuando se rompieron las relaciones diplomáticas entre ambos países.
En julio, Foreign Policy señaló a Godfey como el candidato con más posibilidades de convertirse en el principal diplomático estadounidense en el país. En ese momento, Godfrey era el enviado antiterrorista en funciones del Departamento de Estado de EE.UU. y enviado especial para la coalición global contra el Daesh.
Anteriormente, ocupó varios puestos en Oriente Medio y el Norte de África durante su estancia en los servicios exteriores y, entre 2013 y 2014, fue jefe de gabinete del entonces vicesecretario de Estado, William Burns, actual director de la CIA. La experiencia de Godfrey en la región ha sido descrita como ventajosa para Estados Unidos en la transición de Sudán hacia la democracia en medio de la influencia de las potencias regionales en competencia.
El mes pasado, el jefe del ejército sudanés, el general Abdel Fattah Al-Burhan, encabezó un golpe de Estado y disolvió el gobierno de transición dirigido por el primer ministro Abdalla Hamdok, deteniendo a decenas de políticos y activistas en el proceso. A raíz de la presión internacional, Hamdok fue restituido a principios de esta semana tras permanecer en arresto domiciliario. Sin embargo, miles de personas salieron a las calles de la capital el jueves para protestar contra la toma de posesión de los militares y la decisión de Hamdok de renegociar con el ejército.
A finales del año pasado, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, acordó revocar la designación de Sudán como Estado patrocinador del terrorismo, después de que Jartum fuera presionado para normalizar sus relaciones con Israel. Sudán también acordó pagar 335 millones de dólares en compensación a las familias de las víctimas del terrorismo supuestamente patrocinado por Sudán. Sudán fue incluido en la lista en 1993, después de que el entonces presidente Omar Al-Bashir recibiera en su país al líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden.
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