Tras diez años en el poder, el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) de Marruecos sufrió una desastrosa derrota en las elecciones parlamentarias celebradas el 8 de septiembre. Dirigido por Saadeddine El-Othmani, el partido vio cómo sus 125 escaños se reducían a sólo 13 de un total de 395. Esta dramática derrota de los islamistas en el parlamento provocó la dimisión en masa de la dirección del PJD, y su Consejo Nacional decidió celebrar un Congreso Nacional Excepcional sólo 10 días después para nombrar un comité de dirección. Ese comité se encargó de los preparativos del Congreso Nacional Ordinario del partido, celebrado el 31 de octubre, que reeligió al ex secretario general Abdelilah Benkirane.
Altos dirigentes del PJD habían pedido a los afiliados que no votaran a Benkirane, ya que no creían que fuera capaz de unir al partido y revivirlo como una fuerza política importante en Marruecos. Afirmaron que es una "figura de confrontación" y que ni los votantes ni los políticos marroquíes le apoyarán. Citaron el aparente descontento del monarca con él.
Sin embargo, Benkirane obtuvo el 81% de los votos de los afiliados en el congreso. De hecho, durante el debate se produjeron más de 70 intervenciones, la mayoría de las cuales pedían su restitución. ¿De dónde procede este abrumador voto de confianza?
Antes de ser destituido por el rey Mohamed VI en 2017, Benkirane llevó al PJD a dos victorias sin precedentes en 2011 y 2016. ¿Puede ayudar al partido a recuperar su popularidad y protagonismo?
Benkirane fue destituido por el rey después de demostrar a los marroquíes que todos en el país son iguales, incluido el monarca. A través de sus carismáticos discursos envió el mensaje de que una monarquía es básicamente una dictadura, y que a pesar de permitir la celebración de elecciones, el rey sigue siendo un dictador en todo menos en el nombre. Llegó a negarse a arrodillarse ante el jefe del Estado, como es costumbre en Marruecos, donde la familia real se considera por encima del pueblo. En una entrevista con Al Jazeera en 2012, Benkirane explicó que "el rey es nuestro rey y lo tenemos en alta estima [pero] los marroquíes no se arrodillan ante nadie más que ante Dios".
En una entrevista de 2016, insistió en que "no estaba obligado a complacer al rey, sólo a Dios, que me creó a mí y a mi madre." Este comentario enfureció a la familia real porque sugirió que los miembros de la familia real no son personas especiales, sino que son iguales a cualquier otra.
Cambió conceptos importantes que se creían hechos incuestionables en el Reino. También culpó al rey de los contratiempos de su gobierno porque éste no cedió el poder lo suficiente como para que un gobierno actuara con independencia y llevara a cabo las ansiadas reformas. Tras ser destituido, Benkirane recordó en un mitin del PJD que "el rey no es Dios. Es un hombre, y como hombre a veces tiene razón y a veces no".
Eso, creen muchos miembros del PJD, es la esencia del partido. Es la ideología original basada en la justicia y la igualdad.
Además, Benkirane ha sido un crítico ruidoso de las políticas del gobierno relacionadas con la normalización de los lazos con Israel, la arabización de la educación y la legalización del cannabis. Tras la aprobación del proyecto de ley para legalizar la droga, Benkirane utilizó su página de Facebook para anunciar su dimisión del PJD, insistiendo en que no tenía ningún vínculo con el secretario general -el primer ministro Othmani- y otros ministros del PJD.
Estas posiciones tan firmes sobre los principios nacionales y del partido convencieron al PJD de que Benkirane no aceptará ningún compromiso de sus intereses en el futuro y es capaz de bloquear la desviación política. "El partido debe buscar un nuevo enfoque, que sea un elemento positivo y beneficioso para nuestro Estado y nuestra sociedad antes de serlo para nuestro partido", dijo en el Congreso Nacional Ordinario tras su reelección como Secretario General del partido.
En contraste con los ataques que recibió por parte de los candidatos al cargo, demostró mucho respeto por ellos. Sus nuevos colaboradores en el cargo son tanto partidarios como detractores. "Mientras me hayáis elegido, seré el Secretario General de todos vosotros", dijo a los miembros del PJD.
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La coalición gubernamental está formada por los partidos aliados del rey, que obtuvieron la mayoría de los escaños en el Parlamento. La oposición es prácticamente inexistente, lo que seguramente llevará al país al caos y la inestabilidad. Los miembros del PJD, así como los marroquíes de a pie, e incluso el gobierno y el rey Mohamed, apuestan por el carismático político para poner mano dura a la oposición popular en la calle e institucionalizarla. De hecho, el rey felicitó a Benkirane por su reelección.
Los analistas y observadores no saben si Benkirane será capaz de rehabilitar el PJD, acabar con las divisiones internas y reavivar la credibilidad de su ideología islámica, o no. Coinciden en que no será una tarea fácil, y algunos creen que fracasará. Habrá que esperar para ver si consigue que el partido vuelva a ser tan fuerte y eficaz como antes.
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