Ha pasado el 30º aniversario de la Conferencia de Paz de Madrid. La Conferencia de Madrid marca el inicio del estado de decadencia del interés internacional por la causa palestina, ya que se ha producido un descenso notable y gradual desde su convocatoria en 1991. También dio legitimidad al Estado israelí a expensas de la causa palestina y de los derechos nacionales. Cabe destacar que la Resolución nº 3379 de la Asamblea General de la ONU, que equipara el sionismo con el racismo, emitida hace 46 años, concretamente el 10 de noviembre de 1975, fue anulada 45 días después de la Conferencia de Madrid.
Treinta años después de la Conferencia de Madrid, los palestinos se encuentran en una encrucijada histórica que pone en peligro la causa palestina y su liquidación, después de que el nivel de interés por la causa palestina haya alcanzado un máximo histórico y tras el fracaso de la estrategia de internacionalización y aislamiento de Israel. La ONU celebró el 30º aniversario con su Secretario General, Antonio Guterres, diciendo: "No podemos perder la esperanza. Debemos explorar todas las oportunidades para revitalizar el proceso de paz". Subrayó que "la solución de los dos Estados, tal como se define en las resoluciones de las Naciones Unidas, el derecho internacional y los acuerdos bilaterales, sigue siendo la única vía para garantizar que tanto palestinos como israelíes puedan hacer realidad sus legítimas aspiraciones: el fin de la ocupación y la realización de dos Estados independientes y soberanos, que vivan uno al lado del otro en paz y seguridad, sobre la base de las líneas de 1967, y con Jerusalén como capital de ambos Estados".
Guterres también añadió: "Las Naciones Unidas siguen comprometidas a trabajar con israelíes y palestinos, y con nuestros socios internacionales y regionales, incluso a través del Cuarteto para Oriente Medio, para hacer realidad este objetivo." ¿Se alcanzará el objetivo de la paz? ¿Ha llegado casi el momento de la salvación? Esto lleva a muchas otras preguntas que deben ser respondidas, como si la administración estadounidense va en serio en su proyecto de paz que propuso hace 30 años? ¿Sigue existiendo la solución de los dos Estados propuesta por las sucesivas administraciones estadounidenses y respaldada por la iniciativa árabe? ¿Tiene Estados Unidos el poder y la influencia necesarios para conducir a la región hacia la paz, cuya estructura es débil, y cuya búsqueda comenzó en Madrid?
Tras un difícil trabajo, las negociaciones de Madrid dieron como resultado el Acuerdo de Oslo, del que surgió la Autoridad Palestina, que hoy lucha por sobrevivir y se enfrenta al peligro de su colapso debido a las prácticas israelíes y al bloqueo económico que impone al pueblo palestino. También se enfrenta al peligro de su caída y del desorden, el caos de seguridad y el conflicto armado que podría seguir, poniendo a Israel en el control de los asuntos hasta el punto de que puede aprovechar esta situación para cometer una segunda catástrofe contra el pueblo palestino. La región se ha abierto a todas las posibilidades debido a las erróneas políticas israelíes.
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En los últimos treinta años, ha asestado golpes mortales al proyecto de paz debido a la expansión de los asentamientos, la confiscación de tierras y el apaciguamiento de Estados Unidos hacia Israel, que persiste en su política de represión, agresión y asesinato. Esto ha llevado al proceso de paz a un callejón sin salida, convirtiendo la paz en algo del pasado. Las negociaciones están permanentemente suspendidas desde 2014. Los observadores creen que la solución de los dos Estados requiere una acción conjunta, y no vendrá simplemente de los deseos, sino de un trabajo duro para resolver el conflicto y no para gestionarlo. ¿Conseguirá la administración estadounidense imponer la solución de los dos Estados, que dice ser la única solución para resolver el conflicto en la región?
Todavía hay obstáculos en el camino para volver a la vía de la negociación entre palestinos e israelíes como consecuencia de las posiciones del gobierno de Bennett-Lapid que rechaza la paz y el principio de la solución de los dos estados. Otro obstáculo es la preocupación del gobierno de Biden por las difíciles situaciones internas y las cuestiones de seguridad nacional estadounidense que tienen prioridad, lo que no le permitirá realizar esfuerzos serios en la cuestión de la paz árabe-israelí. Además, el hecho de que la coalición que gobierna en Israel combine enfoques completamente contradictorios en relación con el proceso de paz, ya que se trata de una coalición de intereses para garantizar que Netanyahu no vuelva al poder, también es un obstáculo.
El gobierno alternativo israelí no responderá a ninguna iniciativa de paz palestina con la actual formación gubernamental y, por lo tanto, es necesario que los palestinos actúen y tomen una serie de posiciones, aunque sea de forma unilateral, con motivo del 30º aniversario de la Conferencia de Madrid. Se trata de establecer el legítimo derecho palestino y los legítimos derechos nacionales representados en la emisión por parte de la Autoridad Palestina de una declaración por la que se establece el Estado palestino bajo ocupación en los territorios palestinos ocupados en 1967 en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, basándose en la resolución de la Asamblea General que reconoce al Estado de Palestina como Estado observador en la ONU.
Los dirigentes de la OLP deben tratar de obtener el mayor grado de reconocimiento internacional del Estado palestino y de incorporarse a las instituciones internacionales.
Esta declaración debería servir de punto de partida para avanzar en los esfuerzos de reconciliación palestino-palestinos y aceptar el papel de las instituciones internacionales y no de la AP en Cisjordania y Gaza.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Addustour el 24 de noviembre de 2021
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