La justicia francesa acusó ayer a la empresa local Nexa Technologies de estar implicada en "actos de tortura y desapariciones forzadas".
Recientemente se informó de que Nexa había vendido al régimen egipcio equipos de cibervigilancia que le permitían seguir a los opositores.
El 12 de octubre, el juez de instrucción encargado dictó un auto de procesamiento contra cuatro ejecutivos y funcionarios de la empresa.
El abogado de Nexa, Me Francois Zimeray, declinó hacer comentarios durante su llamada con la Agencia France-Presse (AFP).
La investigación judicial se abrió en 2017 a raíz de una denuncia presentada por la Federación Internacional de Derechos Humanos y la Liga de Derechos Humanos, con el apoyo del Instituto de Estudios de Derechos Humanos de El Cairo (CIHRS). La demanda se basaba en una encuesta realizada por la revista Télérama, que reveló en marzo de 2014 la venta de un "sistema de escucha de 10 millones de euros (11,3 millones de dólares) para luchar contra los Hermanos Musulmanes".
Este programa, denominado "Cerebro", permite rastrear en tiempo real las comunicaciones electrónicas de un objetivo, por ejemplo a partir de una dirección de correo electrónico o un número de teléfono.
Los grupos de derechos acusaron a este programa de haber "servido a la ola de represión contra los opositores al presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi", que según el CIHRS había dado lugar a "más de 40.000 presos políticos detenidos en Egipto."
Nexa también fue acusada en 2013 de haber vendido un programa al difunto presidente libio Muammar Gaddafi que le permitía detener a opositores libios entre 2007 y 2011.
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