Una organización benéfica británica ha emitido una alerta naranja por la crisis del agua en la Franja de Gaza, que está teniendo un grave impacto en la salud pública, especialmente en los niños, que corren el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua.
Gaza lleva 14 años bajo un estricto asedio israelí y ha sido objeto de repetidas embestidas israelíes durante ese periodo que han provocado daños a gran escala, altas tasas de desempleo y pobreza.
Según Human Appeal, las severas restricciones impuestas a Gaza han dejado a casi dos millones de personas con un acceso muy limitado al agua potable, privando a los civiles de un acceso regular al agua potable.
"El invierno es especialmente brutal en Gaza. Las familias ya se enfrentan a un bloqueo debilitante, a la escasez de medicamentos, a los cortes de electricidad diarios, al desempleo y al agua no potable", ha declarado el Dr. Mahmoud Shatat, asesor mundial de Human Appeal en materia de agua y saneamiento.
Añadió que la ofensiva israelí de 11 días sobre Gaza el pasado mes de mayo afectó gravemente a las infraestructuras básicas de agua y agravó la crisis en el enclave asediado.
"Las familias más vulnerables aún no se han recuperado de los bombardeos de mayo, en los que más de 50.000 viviendas resultaron dañadas, y ahora se enfrentan a un invierno gélido con fuertes lluvias e inundaciones".
"Toda la población de Gaza corre el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como insuficiencia renal, deshidratación y enfermedades diarreicas mortales. Uno de los mayores riesgos para la salud de los niños de Gaza es beber agua contaminada. Incluso antes de la última escalada, toda la población de la Franja de Gaza dependía de un único acuífero para obtener agua, que está crónicamente contaminada por agua salada y aguas residuales".
Además, muchos habitantes de Gaza deben recurrir a la compra de agua potable a proveedores privados, ya que el agua del grifo municipal a menudo no funciona debido a los largos cortes de energía, y suele ser demasiado salada para beberla incluso cuando lo hace.
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Por ello, Human Appeal UK ha iniciado la construcción de una planta desalinizadora en la zona de Rafah, en Gaza, que incluye tres pozos, y que está previsto que proporcione agua potable limpia y segura hasta a 60.000 personas durante los próximos 15 años, así como que proporcione agua potable a los estudiantes de escuelas y universidades mediante el suministro y la instalación de unidades de desalinización descentralizadas.
"Se necesita una ayuda más urgente, ya que el 97% del agua subterránea de Gaza no es potable, lo que obliga a las familias de Gaza a gastar un tercio de sus ingresos para comprar lo que pueden pagar en agua embotellada, a menudo a precios exorbitantes", afirmó el Dr. Shatat.
Las organizaciones de derechos humanos llevan años advirtiendo del deterioro de la situación del agua en la Franja de Gaza. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niveles de salinidad y de nitratos en las aguas subterráneas de Gaza han estado "muy por encima" de las directrices para el agua potable.
Alrededor del 50% de los niños de Gaza sufren infecciones relacionadas con el agua, según la OMS.