El miércoles se produjeron intensos combates entre los guardias fronterizos iraníes y los talibanes a lo largo de la frontera, en el noreste de Irán, con informes de bajas en ambos lados, informa la Agencia de Noticias Anadolu.
Los enfrentamientos estallaron cuando los talibanes habrían invadido los puestos fronterizos de Dost Mohammad y Bala Siah Cheshman, pertenecientes a Irán, en la zona de Shagalak, que conecta con la provincia de Nimroz.
Según los informes, los enfrentamientos se vieron alimentados por un muro que Irán ha estado construyendo a lo largo de su frontera, en gran parte porosa, con Afganistán, para impedir los cruces ilegales y el tráfico de drogas.
Los talibanes afirman que el muro está construido en el punto cero de la frontera, y no en el lado iraní. Teherán rechaza esta afirmación.
El miércoles, los talibanes supuestamente atacaron a los agricultores que se acercaron al muro que, según el grupo, es el punto cero, según los informes.
Esto provocó que los guardias fronterizos iraníes abrieran fuego contra los talibanes al otro lado de la frontera, lo que dio lugar a feroces enfrentamientos que duraron más de cinco horas.
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Los vídeos compartidos en Internet mostraban los puestos de control fronterizos incendiados por los combatientes talibanes fuertemente armados, con un caos total en el punto fronterizo.
Las autoridades iraníes aún no han comentado la toma de los puestos de control fronterizos ni los informes sobre víctimas.
Pero las agencias de noticias estatales atribuyeron los enfrentamientos a "malentendidos fronterizos", al tiempo que refutaron las informaciones sobre la toma de puestos fronterizos por parte de los talibanes.
Al parecer, los combates han cesado y se espera que los funcionarios de ambas partes se reúnan.
Los talibanes, que se hicieron con el poder en Afganistán en agosto al derrocar al gobierno de Kabul, respaldado por Estados Unidos, han mantenido cálidos lazos con Irán en los últimos años.
Desde que los talibanes anunciaron un gobierno interino, se han celebrado reuniones periódicas entre funcionarios, pero éste aún no ha sido reconocido por Teherán.
Irán y Afganistán comparten una escarpada frontera de casi 1.000 kilómetros que sigue siendo en gran medida insegura y porosa debido a la dificultad del terreno.