Bangladesh pidió a la comunidad internacional que se esforzara más por lograr una solución justa y duradera a la crisis palestina mediante el reconocimiento de un Estado independiente de Palestina y su legítimo lugar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"La comunidad internacional debe hacer verdaderos esfuerzos para abordar las causas profundas de la crisis palestina y poner fin a la agresión israelí", dijo el embajador de Bangladesh ante la ONU, Rabab Fatima, al dirigirse ayer a la Asamblea General de la ONU.
Fatima reiteró el apoyo inquebrantable y firme de Bangladesh a la justa causa del pueblo palestino por un Estado palestino independiente, viable y soberano, con Jerusalén Oriental como capital, en el marco de una solución de dos Estados basada en las fronteras anteriores a 1967.
Añadió que debe garantizarse el cumplimiento por parte de Israel de todas las leyes internacionales de derechos humanos y humanitarias, así como de las resoluciones pertinentes de la ONU, incluida la resolución 2334 (2016).
"La continuación del debate palestino aquí es un duro recordatorio del fracaso de la comunidad internacional para proteger los derechos inalienables del pueblo palestino", dijo.
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También criticó el deterioro de la situación en los territorios palestinos ocupados debido a las demoliciones e incautaciones de viviendas y estructuras, y a las expulsiones, desplazamientos forzados y derramamiento de sangre de palestinos a manos de las fuerzas de ocupación israelíes.
El embajador dijo que estos son ejemplos de su flagrante desprecio por las resoluciones de la ONU y las leyes internacionales de derechos humanos y humanitarias.
Bangladesh no tiene relaciones diplomáticas con Israel y el comercio con el Estado sionista está prohibido hasta que ponga fin a su ocupación militar de Palestina.
Sin embargo, a principios de este año se reveló que los negocios entre ambos países se habían llevado a cabo bajo un manto de secretismo. Al Jazeera descubrió que el gobierno de Bangladesh utilizaba equipos de vigilancia de fabricación israelí para atacar a la oposición política. Se había vendido a través de un delincuente convicto.
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