El presidente tunecino Kais Saied destituyó ayer a los cónsules de su país en las ciudades de París y Milán y ordenó una "auditoría financiera y administrativa" en los dos consulados.
En un comunicado, la presidencia indicó que Saied ordenó sustituir al cónsul general de París, Taher Arbaoui, por Ridha Gharsallaoui, y al de Milán, Adel Bin Abdullah, por Khalil Jendoubi.
Desde el 24 de noviembre, Saied ha despedido a más de 20 diplomáticos en muchos países, sin dar razones.
Saied ostenta un poder casi total desde el 25 de julio, cuando destituyó al primer ministro, suspendió el Parlamento y asumió el poder ejecutivo alegando una emergencia nacional.
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El 29 de septiembre nombró un primer ministro y desde entonces se ha formado un gobierno.
La mayoría de los partidos políticos del país criticaron la medida como un "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011. Los críticos afirman que las decisiones de Saied han reforzado los poderes de la presidencia en detrimento del parlamento y el gobierno, y que pretende transformar el gobierno del país en un sistema presidencialista.
En más de una ocasión, Saied, que inició un mandato presidencial de cinco años en 2019, dijo que sus decisiones excepcionales no son un golpe de Estado, sino medidas en el marco de la Constitución para proteger al Estado de un "peligro inminente".