Una vez me dijo una persona con la que trabajaba online que "realmente no tienes el aspecto adecuado con tu hijab puesto". La persona ocupaba un puesto de autoridad en los principales medios de comunicación británicos. No soy la primera mujer visiblemente musulmana a la que le dicen esto, ni soy la única que ha sido discriminada por practicar mi fe. De hecho, conozco a muchas musulmanas que se han enfrentado a la islamofobia y que trabajan en los principales medios de comunicación o que han abandonado el sector por considerar que no podían progresar.

Después de hablar de mis propios retos dentro de la industria, muchas otras musulmanas y personas de color han compartido sus propias experiencias de racismo, islamofobia y desigualdad de oportunidades. Por ello, no me sorprendió leer las conclusiones del último informe del Centro de Monitoreo de Medios sobre la "Cobertura de los medios de comunicación británicos sobre los musulmanes y el islam (2018-2020)". El histórico informe analizó más de 48.000 artículos y 5.500 clips de emisión que revelaron que "más del 60% de los artículos de los medios online y el 47% de los clips de televisión asocian a los musulmanes y/o al islam con aspectos o comportamientos negativos". Con tanta negatividad dentro de la prensa convencional, no es de extrañar que muchos periodistas y profesionales de los medios de comunicación musulmanes se enfrenten a retos y a menudo se vean reprimidos para denunciar el odio al que se han enfrentado.

Los estereotipos islamófobos, los titulares sensacionalistas y los textos antagónicos son sólo algunos de los problemas señalados por el informe en muchos medios de comunicación británicos que han publicado e informado sobre historias relacionadas con los musulmanes o el Islam. Hay innumerables ejemplos que yo mismo puedo recordar, como el titular sensacionalista y engañoso del Sun, según el cual "1 de cada 5 musulmanes británicos" simpatiza con los yihadistas; el titular del Daily Star, según el cual "la BBC pone a los musulmanes antes que a ti"; y la columna de Trevor Phillips, citada en el informe, según la cual "los musulmanes son una nación dentro de una nación". Hay muchos más casos en los que se ha vilipendiado y atacado a los musulmanes mediante titulares, artículos y emisiones engañosas.

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Lo más deprimente para mí, como periodista, es que las palabras "islámico" y "musulmán" se han utilizado para describir a los autores de actos terroristas cuando ni siquiera están siguiendo los principios del Islam al llevar a cabo esos crímenes. Nunca oímos que se utilice indebidamente ninguna otra religión para describir a una persona que ha cometido un delito, y con razón. ¿Por qué no se puede dar el mismo enfoque a los musulmanes? Si los medios de comunicación siguen asociando al islam y a los musulmanes con una retórica negativa, sólo conseguirán aumentar el nivel de odio y miedo que ya existe en nuestra sociedad.

Inevitablemente, no todos los medios de comunicación británicos tienen problemas con la islamofobia en sus redacciones. He trabajado para muchos medios de comunicación en los sectores de la radiodifusión, la prensa escrita y en línea, y algunos simplemente rechazan las afirmaciones de que el problema existe cuando se señalan cuestiones de islamofobia.

La raíz del problema radica en el hecho de que la islamofobia suele ser fomentada por quienes ocupan puestos de responsabilidad en los medios de comunicación, quienes tienen la última palabra sobre lo que aparece en los titulares. Además, los musulmanes con los que he hablado en los medios de comunicación me dicen que los comentarios islamófobos que han recibido suelen proceder de personas con autoridad. Esta es una de las razones por las que es necesario que haya una mejor representación de personas de todas las profesiones y condiciones sociales, incluidos los musulmanes, las personas de color y las de otros orígenes infrarrepresentados, en los puestos de responsabilidad de los medios de comunicación. Esto ayudaría a la prensa británica a contar con perspectivas diversas de aquellos con experiencias vividas que pueden dar forma a las historias de manera justa y precisa.

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Las instituciones mediáticas de Gran Bretaña deben asumir cierto nivel de responsabilidad por lo que publican cuando se trata de la incitación al odio contra los musulmanes. Los musulmanes británicos son los que tienen que soportar el peso de la prensa negativa en todos los aspectos de su vida y en la sociedad en general. La islamofobia afecta a los musulmanes en el empleo, en las calles, en el servicio a la comunidad y en cuanto a poder practicar su fe abiertamente y sentirse seguros al hacerlo. He hablado con mujeres musulmanas que apenas salen de su casa debido a incidentes como que les arranquen el hijab o que se enfrenten a abusos verbales mientras salen con sus familias; esto es totalmente inaceptable. La mayoría de las personas que han sufrido abusos islamófobos, entre las que me incluyo, creen que los medios de comunicación contribuyen a perpetuarlos. Este informe del Centro de Seguimiento de los Medios de Comunicación apoya esta creencia.

Por tanto, se espera que el informe que arroja luz sobre el alcance de la islamofobia en los medios de comunicación británicos pueda servir también de llamada de atención para que los medios de comunicación británicos tomen por fin cartas en el asunto. Si no se introducen cambios significativos, la islamofobia continuará enconándose.

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