El Ministerio de Recursos Hídricos de Irak ha completado los procedimientos para demandar a Irán ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la política hídrica de Teherán, que, según se argumenta, ha reducido el caudal de agua de los ríos Tigris y Éufrates, creando escasez para Irak.
"El Ministerio de Recursos Hídricos ha presentado una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores y al Consejo de Ministros, y ha completado todos los procedimientos técnicos y jurídicos para la demanda", declaró el ministro iraquí de Recursos Hídricos, Mahdi Rashid Al-Hamdani, a Al-Hurra TV.
"La decisión de seguir adelante depende ahora del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Gobierno iraquí", añadió.
Aunque los dos ríos constituyen la mayor parte del suministro de agua de superficie de Irak, ambos nacen fuera del país y son vulnerables a los proyectos de presas río arriba en Siria, Turquía e Irán. El aumento de las temperaturas también ha provocado un incremento de la evaporación y las investigaciones han demostrado que el país es ahora un 40% desierto.
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Bagdad ha acusado a Teherán de cortar el agua que alimenta los ríos que desembocan en el Tigris y de aumentar la construcción de presas, lo que ha amenazado el sector agrícola y la seguridad hídrica de Irak. En los últimos 30 años, Irán ha construido unas 600 presas.
La semana pasada, el Ministerio del Agua advirtió que el Tigris y el Éufrates iraquíes podrían secarse en 2040 debido al descenso del nivel del agua y al cambio climático.
Sin embargo, Irán se enfrenta a su propia escasez de agua, ya que el 97% del país sufre algún nivel de sequía, según la Organización Meteorológica del país. A finales del mes pasado, las protestas estallaron en la ciudad central de Isfahan por la desecación del cauce del río Zyandeh Rud, con llamamientos al gobierno para que lo reviva. Los agricultores, que son los más afectados por la mala gestión, acusan al gobierno de desviar el agua hacia otras ciudades y complejos industriales.