Los líderes de Grecia, Israel y de la administración grecochipriota se reunieron el martes en Jerusalén para mantener conversaciones trilaterales sobre sus relaciones, informa la Agencia de Noticias Anadolu.
En una rueda de prensa conjunta tras la reunión, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, subrayó las amenazas comunes en la región, como la pandemia del COVID-19, el cambio climático y el terrorismo, y elogió la ampliación de las relaciones entre las tres partes.
"Estamos reforzando nuestras relaciones con nuestros amigos a todos los niveles. Juntos, somos más fuertes. Nuestra reunión de hoy es un testimonio de ello", dijo.
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Bennett señaló, en particular, que aspiraban a mejorar la cooperación en el sector energético.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, también expresó su satisfacción por el nivel de cooperación entre Grecia e Israel, y citó como ejemplo de la mejora de las relaciones bilaterales el reciente acuerdo sobre el establecimiento y funcionamiento de una escuela de entrenamiento de vuelo para la Fuerza Aérea griega por parte de Israel.
Afirmando que la economía griega mostró un fuerte crecimiento en 2021, Mitsotakis dijo que el país esperaba más inversiones y turistas israelíes en el futuro.
Culpando a Turquía por las tensiones
Citando las tensiones en la región del Mediterráneo Oriental, Mitsotakis culpó a Turquía, un sentimiento compartido por el líder grecochipriota, Nicos Anastasiades, que también participó en la reunión.
Anastasiades acusó a Ankara de incumplir el derecho internacional, mientras que Mitsotakis argumentó que el estatus de Turquía como garante de Chipre debe terminar para que haya una resolución en la isla.
Turquía tiene problemas pendientes tanto con Grecia como con la administración grecochipriota sobre los límites y derechos marítimos en el Mediterráneo oriental.
Mientras intenta defender su parte justa de territorio marítimo en la región, Ankara ha denunciado las recientes maniobras provocadoras de Grecia, como la violación de tratados y pactos mediante la emisión de alertas de navegación, la militarización de islas en el mar Egeo y la invasión ilegal de la plataforma continental de Turquía.
Turquía, que tiene la costa continental más larga del Mediterráneo oriental, ha rechazado las reclamaciones de límites marítimos de Grecia y la administración grecochipriota, subrayando que estas reclamaciones excesivas violan los derechos soberanos tanto de Turquía como de los turcochipriotas.
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Sin embargo, Ankara ha subrayado en repetidas ocasiones que está a favor de resolver todos los problemas pendientes en la región -incluidos los litigios marítimos- mediante el derecho internacional, las relaciones de buena vecindad, el diálogo y las negociaciones.
Chipre lleva décadas inmerso en un conflicto entre grecochipriotas y turcos, a pesar de los esfuerzos diplomáticos de la ONU para lograr un acuerdo global.
Los ataques étnicos, que comenzaron a principios de la década de 1960, obligaron a los turcochipriotas a retirarse a enclaves por su seguridad.
En 1974, un golpe de estado grecochipriota que pretendía la anexión de Grecia provocó la intervención militar de Turquía como potencia garante para proteger a los turcochipriotas de la persecución y la violencia. Como resultado, se fundó la TRNC en 1983.