Las relaciones de Irán con los Estados árabes vecinos han experimentado muchos altibajos en los últimos años. Qatar y Omán han mantenido en su mayoría buenas relaciones con Irán, pero las mantenidas con los EAU, Arabia Saudí y Bahréin han sido tensas.
Impulsar los lazos con los Estados vecinos ha sido una prioridad de la política exterior de la mayoría de los gobiernos iraníes desde la revolución, pero se ha enfrentado a muchos desafíos. El mes pasado, en la Conferencia de Política Mundial celebrada en Dubai, el asesor de Asuntos Exteriores de los EAU y ex ministro de Asuntos Exteriores, Anwar Gargash, subrayó la voluntad de los EAU de resolver las tensiones con Irán y Turquía mediante el diálogo para evitar un nuevo enfrentamiento en la región.
La retirada de Estados Unidos de Afganistán y la reducción general de su presencia y papel en Oriente Medio han dado lugar al inicio de una nueva era. China es la principal prioridad de la política exterior estadounidense para el presidente Joe Biden. La inseguridad en la región, especialmente a lo largo de las principales rutas de tránsito de petróleo y energía, no beneficia a ningún país de Oriente Medio.
En los primeros siete meses de este año, la balanza comercial entre Irán y los EAU alcanzó un mínimo histórico de unos 6.000 millones de dólares. Esto es importante porque los EAU han sido una de las principales puertas de entrada para la exportación de productos iraníes. El valor de las mercancías importadas desde los EAU a Irán en los primeros siete meses de este año fue de 8.600 millones de dólares, lo que supone un aumento del 82% respecto al mismo periodo del año anterior. Según el director de la Cámara de Comercio Conjunta Irán-EEUU, durante el mismo periodo, el valor de los bienes exportados desde Irán a los EAU fue de 2.600 millones de dólares, lo que supone un aumento de sólo el 12% respecto a 2020. Las importaciones a los EAU desde Irán tienden a estar en tránsito en ruta hacia otros países.
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Desde mayo de 2018, cuando Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) de 2015 con Irán, y volvió a imponer sanciones contra la República Islámica, las relaciones comerciales de Teherán con sus principales socios comerciales, como China, Corea del Sur, los EAU y la India, también se han visto interrumpidas. Como resultado, las exportaciones iraníes en 2019 cayeron a 41.400 millones de dólares desde los 43.700 millones de dólares.
El resultado de las conversaciones nucleares y un nuevo acuerdo entre Irán y Estados Unidos desempeñarán un papel importante en las relaciones de Teherán con los países vecinos. Sin embargo, la posibilidad de alcanzar un acuerdo en las conversaciones de Viena se ha vuelto más difícil.
En las últimas semanas, el jefe de la oficina de Irán del Departamento de Estado estadounidense, Robert Malley, ha viajado a Oriente Medio para intercambiar opiniones con los países de la región. El viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Ali Bagheri, utilizó Twitter para referirse a su visita a Dubai el 24 de noviembre, donde, según dijo, "acordamos una nueva página en las relaciones entre Irán y Oriente Medio".
Los comentarios de Gargash mencionados anteriormente han desempeñado un papel importante en la disminución de la tensión entre Irán y los EAU. Sin embargo, también ha señalado que ni los EAU ni Arabia Saudí creen que el acuerdo nuclear cubra el programa de misiles de Irán y su política exterior y el apoyo a sus apoderados en la región.El secuestro y los ataques a varios petroleros han acompañado a los ataques a la infraestructura energética de los países de la región. Se dice que Irán se ha apoderado de un barco propiedad de EAU y ha detenido a su tripulación. La seguridad interesa tanto a los exportadores como a los importadores de energía. Si se acuerda un nuevo acuerdo nuclear, Irán necesitará más que nunca la seguridad en la región para aumentar sus exportaciones de petróleo. Mantener la seguridad y la estabilidad regionales es una de las cuestiones en las que coinciden tanto Irán como los EAU.
Tras la histórica normalización de las relaciones entre los EAU e Israel el año pasado, funcionarios iraníes pronunciaron duras palabras. El entonces presidente Hassan Rouhani calificó los "Acuerdos de Abraham" como una traición a los intereses nacionales de los países de la región y consideró que servían a las perspectivas de reelección de Donald Trump. Ibrahim Ra'isi, el entonces jefe del poder judicial de Irán, también calificó la normalización como una "traición al Islam" y una "traición a Palestina", y amenazó a los EAU. "Si ocurre algo en la región del Golfo Pérsico y se daña la seguridad nacional de la República Islámica de Irán, por pequeño que sea, lo veremos a través de los ojos de los Emiratos Árabes Unidos y no lo toleraremos", añadió el jefe del Estado Mayor de Irán, Mohammad Bagheri.
Los esfuerzos por mejorar las relaciones de Irán con los países vecinos se enfrentan a graves problemas, como su política exterior y el continuo apoyo a los grupos proxy. Gargash, de los EAU, refiriéndose a la reticencia de su país a enfrentarse a Irán, dijo el mes pasado que sigue profundamente preocupado por el comportamiento de Irán en Irak, Siria, Yemen y Líbano. Sin embargo, los EAU están tomando medidas para calmar la situación.
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La seguridad y la estabilidad regionales no son posibles sin la cooperación de los países de Oriente Medio. A Irán y a los EAU les interesa que se rebaje la tensión entre ellos. A ello contribuirá que se llegue a un acuerdo nuclear. Mientras tanto, los EAU continuarán sus relaciones con Israel en el marco de sus intereses nacionales específicos.
Sin embargo, algunos problemas no se resolverán a corto plazo, como las disputadas islas de Abu Musa y los Túneles Mayor y Menor, que Irán ocupa desde 1971. El apoyo iraní a sus apoderados en la región también será un punto de fricción. La apertura de un nuevo capítulo en las relaciones entre Abu Dhabi y Teherán será, sin embargo, un punto de partida positivo que, con buena voluntad por ambas partes, podrá desarrollarse más. En cualquier caso, un cambio en la política exterior es esencial para que las relaciones sean normales.
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