La fiscalía egipcia renovó ayer la detención preventiva del periodista de Al Jazeera Mubasher, Rabie El-Sheikh, durante 15 días más, a la espera de las investigaciones.
El-Sheikh fue detenido en agosto a su llegada al aeropuerto de El Cairo para visitar a su familia después de tres años en el extranjero. Desde entonces está detenido.
El mes pasado, Al Jazeera pidió a las autoridades egipcias que pusieran inmediatamente en libertad a cuatro de sus periodistas, entre ellos Al-Sheikh.
A principios de este año, un experto en derechos de la ONU condenó a Egipto por atacar a periodistas, defensores de los derechos humanos y sus familias, y pidió a las autoridades que dejaran de silenciar la disidencia y de reducir el espacio cívico en el país.
Egipto ha emprendido una brutal represión de la disidencia desde que el presidente Abdel Fattah Al-Sisi llegó al poder en 2014, encarcelando a más de 60.000 críticos e imponiendo estrictas medidas de censura al discurso público.
Al-Sisi ha negado sistemáticamente que haya presos políticos en Egipto, enmarcando la represión como parte de la lucha contra el terrorismo.
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