Una unidad encubierta del ejército estadounidense a la que se le encomendó luchar contra Daesh, en lugar de ello mató repetidamente a civiles sirios a lo largo de su campaña, según ha revelado un informe del New York Times.
Según el informe, que citaba a antiguos y actuales funcionarios militares y de inteligencia estadounidenses, la unidad operó entre 2014 y 2019 -los años en los que Daesh estuvo más activo y fue derrotado territorialmente- y se llamaba Talon Anvil.
Se le encomendó la tarea de atacar a los escuadrones, convoyes, centros de mando y coches bomba de Daesh pero, en el camino, causó daños colaterales masivos y la pérdida de numerosas vidas de civiles. Al parecer, sus métodos llegaron a escandalizar a gran parte de los militares y a los miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Al haber "eludido las normas impuestas para proteger a los no combatientes" y operar de forma poco rigurosa con respecto a las reglas de enfrentamiento estándar, una de las fuentes declaró al periódico que la célula estaba matando a agricultores durante su cosecha, a niños en la calle, a familias que huían y a aldeanos que se refugiaban en edificios.
El informe afirmaba que la gran mayoría de los ataques aéreos en Siria fueron convocados, no por las ramas superiores del ejército, sino por la propia pequeña unidad de Talon Anvil, que fue responsable del lanzamiento de 112.000 bombas y misiles.
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"Eran despiadadamente eficientes y buenos en su trabajo", dijo un ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, que formó parte de la célula durante dos años. "Pero también dieron muchos golpes malos".
El informe del NYT llega, después de que también se informara hace un mes, que EE.UU. había matado al menos a 80 civiles en una serie de ataques aéreos sobre el antiguo bastión de Daesh en Baghuz en marzo de 2019, y que, a partir de entonces, había intentado encubrirlo. También hubo mucha confusión entre los comandantes militares y los funcionarios de defensa sobre cómo se ordenaron los ataques.
Sin embargo, según el periódico, más tarde se descubrió que los ataques fueron solicitados por una fuerza especial encubierta que estaba llevando a cabo operaciones terrestres en la zona, y fueron lanzados por el Talon Anvil.
Tras esos informes sobre los ataques y sus víctimas civiles, antiguos y actuales oficiales superiores de Operaciones Especiales negaron la generalización y frecuencia de los ataques aéreos temerarios, insistiendo en que se había hecho todo lo posible para minimizar las víctimas civiles.Sin embargo, con la revelación de Talon Anvil y sus operaciones, las afirmaciones de los oficiales son susceptibles de ser discutidas.