Funcionarios estadounidenses y palestinos celebraron ayer la primera reunión económica en cinco años, según un comunicado emitido por el Departamento de Estado estadounidense.
A la reunión, que se celebró de forma virtual, asistió una amplia gama de funcionarios y organismos estadounidenses y de la Autoridad Palestina (AP). "Discutieron las áreas de cooperación económica actuales y futuras", dice el comunicado.
"Los participantes reconocieron la importancia del restablecimiento de las relaciones políticas y económicas entre el gobierno de EE.UU. y la Autoridad Palestina y se comprometieron a ampliar y profundizar la cooperación y la coordinación en una serie de sectores".
El comunicado indica que los altos funcionarios estadounidenses y palestinos "discutieron temas clave, como el desarrollo de infraestructuras, el acceso a los mercados estadounidenses, la normativa estadounidense, el libre comercio, las cuestiones financieras, las energías renovables y las iniciativas medioambientales, la conexión de las empresas palestinas y estadounidenses y la resolución de los obstáculos al desarrollo económico palestino."
Al concluir su diálogo, las dos partes acordaron "trabajar en varios temas cruciales para avanzar en la prosperidad económica del pueblo palestino."
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"El diálogo de este año fue un testimonio de la importancia de las relaciones económicas entre Estados Unidos y Palestina y de la oportunidad de aumentar la colaboración en cuestiones económicas de importancia compartida", dice también el comunicado.
Durante la reunión, la Subsecretaria de EE.UU. para Asuntos de Oriente Próximo, Yael Lempert, declaró: "El crecimiento de la economía palestina desempeñará un papel fundamental en el avance de nuestro objetivo político general: una solución negociada de dos Estados, con un Estado palestino viable que conviva en paz y seguridad con Israel."
En 2018, el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bloqueó casi toda la ayuda a los palestinos después de romper los lazos con la Autoridad Palestina. La medida fue ampliamente vista como un intento de obligar a los palestinos a negociar con Israel en términos que la dirigencia palestina tildó como un esfuerzo para negarles un estado viable.
Los recortes se produjeron después de que los líderes palestinos decidieran boicotear los esfuerzos de paz de la administración Trump por su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y trasladar allí la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv, lo que supone un revés para décadas de política estadounidense.
A continuación, recortó toda la financiación estadounidense al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), que proporciona ayuda a unos 5,6 millones de refugiados palestinos en Oriente Medio con fondos de los Estados miembros de la ONU.