Egipto se dispone a aumentar los impuestos sobre varios servicios para compensar la pérdida de ingresos por la pandemia de coronavirus actual.
La tasa para salir del país pasará de 50 libras egipcias (3,18 dólares) a 100 libras egipcias (6,36 dólares), mientras que el impuesto sobre los artículos comprados en las tiendas libres de impuestos aumentará del dos al tres por ciento.
También se aumentará el impuesto sobre las entradas a los casinos, y sobre las entradas al teatro y al cine.
La noticia llega cuando el gobierno ha subido el precio de las bombonas de butano domésticas y comerciales.
Es la sexta subida en los últimos siete años y hará subir el precio de la comida en los restaurantes.
Es probable que la subida de precios agrave el sufrimiento en Egipto, donde la pobreza se está disparando, dos tercios de la población viven ya por debajo del umbral de la pobreza, y el desempleo es generalizado.
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En agosto, los egipcios acudieron a las redes sociales para criticar el llamamiento del presidente Abdel Fattah Al-Sisi a aumentar el precio del pan subvencionado.
Mientras el gobierno ha aumentado repetidamente el coste de la vida, ha seguido adelante con enormes proyectos multimillonarios. En 2019, la noticia de que se estaban construyendo opulentos palacios presidenciales provocó inusuales manifestaciones en medio de acusaciones de corrupción.
Una grabación filtrada a principios de esta semana por el popular YouTuber Abdullah Al-Sharif supuestamente reveló una llamada telefónica entre dos asesores presidenciales, en la que uno ofrecía al otro dos millones de libras egipcias (127.000 dólares) por cada proyecto que pasara a la Autoridad de Ingeniería de las Fuerzas Armadas.
Se está construyendo una nueva capital administrativa por la friolera de 45.000 millones de dólares, mientras que los críticos afirman que el dinero podría emplearse mejor en el desarrollo de los barrios marginales del país.
Además, Egipto ha recibido enormes cantidades de fondos del extranjero como parte de los esfuerzos para hacer frente al virus, incluyendo 3.000 millones de dólares de Arabia Saudí que fueron depositados en el banco central en noviembre.
Al mismo tiempo, el Estado del Golfo también amplió los plazos de depósitos anteriores por valor de 2.300 millones de dólares.
El Banco Mundial también aprobó un préstamo de 360 millones de dólares para la financiación de la política de desarrollo de Egipto, con el fin de apoyar su recuperación tras la pandemia.
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