Hace cuarenta días, el 26 de octubre, la ministra de Sanidad egipcia, Hala Zayed, fue trasladada a un hospital adscrito al Servicio General de Inteligencia para recibir atención médica tras enfermar por la detención de sus ayudantes por cargos de corrupción.
Tres días después, el primer ministro Mostafa Madbouly anunció que Zayed había solicitado la baja por enfermedad. En consecuencia, el primer ministro emitió una decisión por la que nombraba al ministro de Educación Superior e Investigación Científica como ministro de Sanidad en funciones.
Desde entonces, Zayed ha desaparecido sin que se haya revelado oficialmente su estado de salud, su relación con el caso de corrupción o cuándo volverá a trabajar.
Según las versiones publicadas por los periódicos locales y árabes, la historia comenzó el lunes 25 de octubre, cuando los miembros de la Autoridad de Control Administrativo irrumpieron en el edificio del Ministerio de Sanidad para interrogar y detener a altos funcionarios.
Zayed quedó conmocionada, especialmente después de que los funcionarios le presentaran acusaciones y pruebas de la implicación de dirigentes cercanos a ella en el caso. Posteriormente cayó enferma y fue trasladada al Hospital del Valle del Nilo del Servicio General de Inteligencia, en el centro de El Cairo.
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No se sabe quiénes estaban implicados en el caso y qué cargos se les habrían imputado. Fuentes de los medios de comunicación indicaron que el director de la oficina del ministro y altos funcionarios del Departamento de Tratamiento Gratuito (que se ocupa de expedir licencias para los centros sanitarios en Egipto) y otros fueron acusados de recibir sobornos y malversar fondos.
El miércoles 27 de octubre, la Fiscalía publicó una declaración vaga en la que decía que estaba "iniciando investigaciones con funcionarios del Ministerio de Sanidad". No especificaba quién dirigía la investigación, pero afirmaba su interés por "los principios de transparencia con la sociedad".
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La ministra de Sanidad fue dada de alta dos días después de su ingreso, y fuentes oficiales afirmaron que su salud había mejorado y que volvería a trabajar en breve. A todo el mundo le sorprendió la decisión del primer ministro de nombrar un encargado de negocios para el ministerio.
Amr Adeb, el portavoz del régimen, dijo que lo más probable es que Zayed no vuelva a su puesto, negando al mismo tiempo la implicación de la ministra en el caso de corrupción.
La fuerte relación de Zayed con el presidente Abdel Fattah Al-Sisi puede explicar el secreto que rodea este caso de corrupción. En los últimos años, se ha pedido en numerosas ocasiones su destitución por sus fallos, pero Al-Sisi la mantuvo.
Ahora parece que la está protegiendo de una investigación, de cuyos detalles no se ha informado al público.
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