El mundo árabe ha experimentado un aumento del 91,1% del hambre desde el año 2000, afectando a 141 millones de personas, según reveló ayer un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
El informe 2021 Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en Oriente Próximo y el Norte de África señala que este aumento es el resultado de "crisis prolongadas, disturbios sociales y exposición a múltiples choques y tensiones como los conflictos, la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la escasez de recursos naturales y las repercusiones económicas asociadas a la reciente pandemia de COVID-19".
"Los conflictos continúan siendo una de las principales causas del hambre en la región, con aproximadamente 53,4 millones de personas que padecen hambre en los países y zonas afectadas por conflictos, lo que supone una cifra más de seis veces superior a la de los países que no están en conflicto", aseguró el Subdirector General de la FAO y Representante Regional para Oriente Próximo y el Norte de África, Abdulhakim Elwaer, quien añadió que "es posible que no haya una mejora visible de la situación este año, ya que los principales motores del hambre seguirán arrastrando la situación".
Se concluyó que Somalia, Irak y Yemen, devastados por la guerra, tendrán la mayor prevalencia de subnutrición entre 2018 y 2020. No había cifras disponibles para Libia, los territorios palestinos ocupados o Siria.
Somalia, Libia y Sudán son los países con las tasas más altas de inseguridad alimentaria, y el informe concluye que los países en conflicto sufren casi 2,5 veces más que los Estados que gozan de estabilidad.
"Los países de la región afectados por conflictos obtuvieron peores resultados en los indicadores de desnutrición que los países sin conflictos", señaló el informe.
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