La lira turca experimentó un enorme cambio a última hora del lunes, después de que el presidente Erdogan introdujera una serie de medidas que, según dijo, aliviarán la carga de la maltrecha moneda para los turcos, al tiempo que prometió seguir con la política de tipos bajos que provocó la caída de la divisa, informa Reuters.
La lira, que había bajado más de un 11%, hasta 18,4 frente al dólar, se fortaleció un 10% tras el anuncio de Erdogan. Cotizaba a 14,90 frente al dólar a las 1831 GMT.
La recuperación se produce en un momento en el que el dólar se vio presionado por la caída de los rendimientos del Tesoro de EE.UU. tras el golpe a los planes de gasto demócratas en Washington y por la preocupación por la continua propagación de la variante del coronavirus Omicron.
En su intervención tras una reunión del gabinete, Erdogan dijo que las medidas garantizarían que los ciudadanos no tuvieran que convertir sus liras en moneda extranjera por la caída de la lira, incluyendo una promesa de garantía de depósitos.
"Estamos presentando una nueva alternativa financiera a los ciudadanos que quieren aliviar sus preocupaciones derivadas de la subida de los tipos de cambio a la hora de evaluar sus ahorros", dijo Erdogan."Con la bajada de los tipos de interés, todos veremos cómo la inflación empezará a bajar dentro de unos meses", dijo. "Este país dejará de ser un paraíso para los que aumentan su dinero con tipos de interés elevados, no será un refugio para las importaciones".
También pidió a "todos los que tienen dinero, acceso a la financiación" que contribuyan a las inversiones y prometió medidas para ayudar a los exportadores y a los pensionistas.
La presión del presidente para reducir los tipos de interés en 500 puntos básicos desde septiembre ha desencadenado la peor crisis monetaria de Turquía en dos décadas, con un desplome de la lira del 35% en los últimos 30 días.
Los economistas han calificado su modelo de tipos bajos de temerario y han dicho que la inflación se disparará por encima del 30% el año que viene.
Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote Bank, dijo que el panorama económico actual era como "un camión sin frenos", y añadió que las medidas recién anunciadas por Erdogan se apartaban considerablemente de las prácticas habituales del mercado.
"Turquía está entrando en un proceso complicado, ya no está jugando el juego según las reglas", dijo Ozkardeskaya.
"Cada paso poco ortodoxo que se da está añadiendo un nivel de complejidad a la estrategia y hace imposible predecir un resultado fructífero para afrontar la crisis actual".