El número de operaciones con criptodivisas en Turquía ha vuelto a superar el millón al día, mientras la moneda del país se ha desplomado a una serie de mínimos históricos, según datos compartidos con Reuters.
La preocupación por la política económica de Turquía ha hecho que la lira se desplome casi un 40% desde septiembre, lo que ha llevado a los turcos a buscar lugares donde aparcar sus ahorros para evitar los efectos de la creciente inflación.
El umbral de un millón de transacciones diarias, según los datos de las empresas de análisis de cadenas de bloques Chainalysis y Kaiko, se superó por primera vez a principios de año, cuando la repentina sustitución del jefe del banco central del país en marzo provocó la primera gran caída de la lira en 2021.
Pero el número de operaciones había vuelto a caer por debajo de 500.000, antes de que el último episodio de volatilidad de la lira reavivara el interés.
Convertir la lira en dólares o en oro es algo habitual para los turcos, que han visto cómo la moneda perdía el 90% de su valor desde 2008. Pero con Ankara tratando de dificultar estas prácticas, y con los precios de las criptodivisas subiendo fuertemente este año, el comercio de criptomonedas ha ganado en popularidad.
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Los datos también mostraron que el bitcoin y el Tether, una "stablecoin" que tiene como objetivo mantener un valor estable y que es ampliamente utilizada en el comercio de cripto, han sido los más populares para las operaciones con la lira desde 2019.
Bitcoin alcanzó un récord de 69.000 dólares en noviembre. Una narrativa de que su suministro limitado lo hace impermeable a la inflación -la moneda se ve a menudo como una tienda de valor, a pesar de su volatilidad- ha ayudado a alimentar sus ganancias.
Sin embargo, el aumento del comercio de criptomonedas en Turquía está llamando la atención de las autoridades.
El viceministro de Finanzas de Turquía dijo en septiembre que se introduciría una normativa sobre esta clase de activos emergentes. Su banco central, por su parte, prohibió las criptomonedas para las compras tradicionales en abril, alegando daños "irreparables" y riesgos en las transacciones.
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