Hasan Irlu fue designado por Irán como su embajador ante el grupo hutí en Yemen. El oficial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica está en los titulares porque los hutíes han pedido a la coalición árabe opositora que le permita abandonar el país y regresar a Teherán.
No sé si el Wall Street Journal es preciso en su relato de la aprobación de Riad a la petición de los hutíes. Al parecer, estaba condicionada a la liberación de destacados prisioneros saudíes en poder de los hutíes y a que Irlu saliera a través de Omán o vía Irak.
Por otra parte, no me dejaré arrastrar por las interpretaciones ofrecidas por algunos que afirman que las negociaciones relativas a la salida de Irlu de Sanaa se produjeron en el contexto de la decisión de los hutíes de romper los lazos con Irán hasta el punto de que no se aceptará ningún nuevo representante iraní, ya sea militar o político. Sin embargo, no descarto por completo su credibilidad.
Otros sugieren que la salida de Sanaa de la controvertida figura iraní refleja el deseo de los hutíes de deshacerse de él debido a su influencia en la estructura jerárquica de la autoridad de facto en Yemen, que está dominada por elementos de la gobernación de Saada, el bastión de los hutíes en el noroeste del país. Al parecer, favorece a algunas figuras de la jerarquía en detrimento de otras, lo que se considera un conflicto directo con el líder del grupo, Abdul Malik Al-Houthi.
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No es posible ignorar todo lo que se dice sobre el papel de Irlu en Sanaa, pero su presencia se ha vuelto problemática. Sin embargo, el hecho de que haya abandonado Yemen no significa que la influencia iraní se vea muy afectada. Sin embargo, los hutíes quieren ser capaces de presentar suficientes pruebas a Arabia Saudí para poder acordar el fin de la guerra con una importante presencia política y militar de los hutíes.
La realidad es que Irlu estuvo poco más de un año en Yemen en calidad de embajador, aunque las relaciones diplomáticas entre ambos países se rompieron debido a la postura de Irán contra el Estado yemení y al apoyo abierto de Teherán al golpe de Estado hutí. Parece que ha llegado al final del tiempo que le asignó Irán en Sanaa sin conseguir todos los objetivos para los que fue enviado. El más destacado era el derrocamiento de la gobernación de Marib, que podría haber cambiado la carrera de Irlu dentro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y su unidad de ataque exterior, la Fuerza Quds. También habría retratado a Irán como un Estado que siempre gana sus batallas regionales.
Sin embargo, ¿por qué insiste Irán en que la salida de su embajador ilegítimo sea tan pública y acordada por la coalición árabe, a pesar de que entró en Yemen en secreto? La respuesta, creo, está relacionada con el deseo de Teherán de presionar a Arabia Saudí para que normalice las medidas ilegales de Irán en Yemen, incluido el nombramiento de un militar como embajador a pesar de la ausencia de relaciones diplomáticas formales entre Yemen e Irán.Aunque Arabia Saudí no ha confirmado ni desmentido el informe del Wall Street Journal, la publicación de este tipo de noticias en los periódicos estadounidenses es habitual. A menudo se utilizan como canales para transmitir lo que los países desean revelar gradualmente. De ahí que las filtraciones que afirman que Irlu ya ha salido de Sanaa en un avión militar iraquí y ha llegado a Basora ganen credibilidad a partir de filtraciones anteriores sobre la insistencia de Arabia Saudí en su salida de Yemen vía Omán o Irak.
Arabia Saudí puede dar ese permiso si consigue la liberación de los destacados prisioneros en poder de los hutíes, pero eso significará que Riad ha normalizado un comportamiento iraní que vulnera las resoluciones internacionales. Esto podría darnos una idea sobre el peor de los casos que el pueblo yemení puede tener que afrontar para poner fin a la guerra en su país, ya que los saudíes no ven nada que les impida avanzar en el futuro de la guerra, lejos del gobierno legítimo que afirma que el Reino entró en Yemen y luchó en apoyo de su legitimidad.
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Para los hutíes, el papel de Irán en la guerra de Yemen sigue siendo mucho más valioso que cualquier acuerdo que pueda ofrecer Riad, si llega antes de que los hutíes logren todos sus objetivos militares y políticos.
Esto refuerza mi convicción de que la salida de Hasan Irlu de Sanaa, tanto si ya se ha producido como si no, puede estar relacionada con la necesidad de Irán de mantener su influencia a través de otras figuras, que son muchas. Esto me parece más lógico que los hutíes intenten asegurar a Riad que son la única parte en Yemen con la que se puede negociar un acuerdo de paz.
Los hutíes siempre han hecho ofertas para completar esos acuerdos, aunque cualquier acuerdo comenzará con el cese de la guerra, el fin del asedio militar impuesto por la coalición y la apertura del aeropuerto de Sanaa. Sólo entonces empezarán a pensar en las negociaciones con las otras partes de Yemen, una lista que no incluye al gobierno legítimo.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Arabi21 el 19 de diciembre de 2021
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