El presidente palestino, Mahmud Abbas, dijo ayer que la Navidad era un "mensaje palestino de esperanza que nuestro pueblo sigue abrazando con amor y aspiraciones hacia la consecución de la justicia, la libertad y la paz".
"El statu quo histórico de todos los lugares sagrados, incluidos el complejo de la mezquita de Al-Aqsa y la iglesia del Santo Sepulcro, así como la mezquita de Ibrahimi y en el resto de Palestina, son el núcleo de nuestra lucha nacional", dijo en una declaración, dirigiéndose al pueblo palestino.
Abbas añadió que la realidad histórica de Jerusalén estaba siendo "amenazada por una ocupación beligerante y por los extremistas israelíes", y pidió a todos los países e iglesias que no se opusieran ni condenaran esas políticas y prácticas israelíes, "sino que asumieran su responsabilidad y adoptaran medidas concretas para detener e impedir esas políticas y prácticas israelíes con el fin de proteger al pueblo palestino y hacer realidad nuestros derechos inalienables, que hace tiempo que no se cumplen, incluida la preservación de la arraigada presencia cristiana en Palestina, la Tierra Santa".Belén, lugar de nacimiento de Jesús (el Profeta Issa), se había convertido en una "prisión al aire libre rodeada de 18 asentamientos coloniales y más de 100.000 colonos, desconectada de Jerusalén por el ilegal Muro de Anexión", continuó Abbas. Como resultado, estaba "sufriendo fuertemente las consecuencias de la COVID-19, incluyendo las escandalosas restricciones para prohibir a los peregrinos cristianos y musulmanes impuestas por el gobierno israelí".
"Deseo al mundo una Feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo desde la ciudad de Belén y desde la bendita tierra de Palestina", concluyó Abbas.