El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yair Lapid, declaró ayer que su plan de "economía para la seguridad" para la asediada Franja de Gaza pretende convertir a los residentes de Gaza, a Egipto y a la comunidad internacional en factores de presión sobre Hamás para evitar que aumente su poder militar y lance operaciones contra Israel.
En una conferencia celebrada en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv, Lapid dijo que su iniciativa pretende "crear estabilidad a ambos lados de la frontera, en materia de seguridad, económica y política", y añadió que la comunidad internacional y la población de Gaza deben saber que el terrorismo de Hamás es la barrera que les separa de la vida normal".A la conferencia asistieron el ex jefe del Estado Mayor israelí Gadi Eisenkot, el subdirector del instituto Udi Dekel, la ministra de Economía Orna Barbibai y el director general del Ministerio de Asuntos Exteriores Alon Ushpiz.
Lapid, que reveló su plan en septiembre, añadió que había hablado en los últimos meses con muchas partes internacionales, "empezando por Egipto, Estados Unidos y la Unión Europea" y explicó que "la creación de una vía de reconstrucción permanente y en varias etapas que, si se gestiona adecuadamente, garantizará la calma en la Franja mientras continúe la construcción".
Sin embargo, los investigadores del instituto han establecido siete condiciones para que el plan de Lapid tenga éxito, entre las que se incluyen el cese del armamento de Hamás, junto con la promesa y el compromiso de mantener la calma en materia de seguridad y evitar el debilitamiento de la Autoridad Palestina.
Mientras tanto, Eisenkot dijo durante la conferencia que Israel debería tratar con Egipto "como un socio pleno en la solución, no sólo como un mediador".
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