El principal partido cristiano del Líbano ha indicado que está considerando la posibilidad de poner fin a una alianza política con Hezbolá, respaldado por Irán, amenazando una frágil unión que ha dado forma a la política libanesa durante casi 16 años, informó Reuters.
Gebran Bassil, líder del partido Movimiento Patriótico Libre, dijo a principios de esta semana que habría "consecuencias políticas" por las medidas adoptadas contra su partido por los dos principales partidos chiítas del Líbano, Hezbolá y Amal.
Figuras prominentes cercanas al partido también han dicho que el Acuerdo Mar Mikhael de 2006 entre el FPM y Hezbolá ha llegado a su fin.
"Mikhael ha muerto", escribió el martes en Twitter Charbel Khalil, experto del FPM.
El apoyo del partido fue fundamental para llevar al poder al presidente Michel Aoun, fundador del FPM, en 2016, y el FPM ha proporcionado una cobertura política cristiana fundamental para la presencia armada de Hezbolá en el marco del sistema sectario de reparto del poder en el Líbano.
Hezbolá no ha comentado públicamente.
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El sheij Sadiq Al-Nabulsi, partidario de Hezbolá, dijo el miércoles que este partido tenía "una tolerancia muy alta al dolor y a las críticas", pero que Bassil corría el riesgo de perder su apoyo.
"Hoy en día, el FPM no tiene ningún aliado real aparte de Hezbolá, así que ¿por qué deja ir a su último aliado?", dijo.
El partido de Bassil se ha enfrentado a una creciente presión política para distanciarse de Hezbolá desde el colapso financiero del país en 2019.
Los aliados tradicionales en el Golfo Árabe no han estado dispuestos a proporcionar ayuda a Líbano, como lo han hecho en el pasado, debido a lo que han dicho que es el control de Hezbolá en el país y su apoyo a los rebeldes hutíes respaldados por Irán que luchan contra las fuerzas respaldadas por Arabia Saudí en Yemen.
El grupo está clasificado por Estados Unidos y las principales naciones occidentales como grupo terrorista.
En el Líbano, Hezbolá ha adoptado una postura de línea dura contra el juez que investiga la explosión de Beirut de agosto de 2020, lo que ha provocado una disputa que ha dejado al gobierno del primer ministro Najib Mikati sin poder reunirse desde el 12 de octubre, mientras la pobreza y el hambre empeoran.
Pero Hezbolá sigue siendo el aliado más fuerte de Bassil. Y con las elecciones presidenciales y parlamentarias previstas para el año que viene, algunos analistas dicen que el FPM podría estar posando.
"El FPM se encuentra hoy entre la espada y la pared. Sin duda, es consciente de que la calle cristiana ya no tolera ninguna forma de aquiescencia con las exigencias de Hezbolá", afirma Karim Emile Bitar, director del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Saint Joseph de Beirut.
"Pero no pueden permitirse el lujo de abandonar por completo esta alianza, porque arruinaría las ambiciones presidenciales de Bassil y, sin duda, les impediría conseguir un bloque parlamentario significativo".