Las recientes informaciones de que Turquía apoya la toma de poder del presidente tunecino Kais Saied son "deficitarias en credibilidad" y "son sobre todo una cuestión de marketing mediático", ha declarado el asesor del ex presidente tunecino Moncef Marzouki.
En una declaración a MEMO, el ex asesor para asuntos internacionales Anouar Gharbi dijo: "Turquía ha alentado las iniciativas y los esfuerzos de los pueblos de la región que exigían la democratización y nunca apoyó el golpe de Estado contra la democracia y el Estado de derecho".
"Turquía está tratando de reducir las tensiones e incertidumbres regionales, generar nuevas oportunidades económicas y aumentar su capacidad de resistencia ante posibles choques, por lo que no es el momento de que su gobierno sea parte del problema y no de las soluciones". Tras la Revolución de los Jazmines, que supuso el derrocamiento del dictador tunecino Zine El Abidine Ben Ali en 2011, explicó Gharbi, Ankara proporcionó a Túnez "ayuda financiera y técnica y ambos países han firmado un acuerdo para un mecanismo de cooperación bilateral más estrecho y han acordado cooperar en los ámbitos político, de seguridad, militar, económico, científico, tecnológico y comercial."
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La declaración se produce después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Túnez, Othman Jerandi, se reuniera con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, y se informara de que durante el encuentro el funcionario turco afirmó el apoyo de su país a todas las medidas adoptadas por Saied para preservar la estabilidad y la seguridad de Túnez y consolidar su vía democrática.
"Es difícil confiar en la declaración del ministro tunecino debido a los siguientes hechos: Sabemos que en base a la experiencia anterior hay un déficit de credibilidad y estas declaraciones son sobre todo una cuestión de marketing mediático."
"Túnez se ha ganado los aplausos internacionales por su transición democrática, ha recibido el apoyo de la comunidad internacional, pero hoy el régimen está aislado y es hora de que el pueblo tunecino vuelva a la Constitución y a las reglas democráticas", dijo Gharbi.
Saied tiene un poder casi total desde el 25 de julio, cuando destituyó al primer ministro, suspendió el Parlamento y asumió el poder ejecutivo alegando una emergencia nacional.El 29 de septiembre nombró un primer ministro y desde entonces se ha formado un gobierno.
La mayoría de los partidos políticos del país criticaron la medida como un "golpe contra la Constitución" y los logros de la revolución de 2011. Los críticos afirman que las decisiones de Saied han reforzado los poderes de la presidencia en detrimento del parlamento y el gobierno, y que pretende transformar el gobierno del país en un sistema presidencialista.
En más de una ocasión, Saied, que inició un mandato presidencial de cinco años en 2019, dijo que sus decisiones excepcionales no son un golpe de Estado, sino medidas en el marco de la Constitución para proteger al Estado de un "peligro inminente".
Un tribunal tunecino condenó ayer al expresidente Moncef Marzouki a cuatro años de prisión en rebeldía, acusado de "atentar contra la seguridad exterior del Estado". Esto llevó a tres partidos tunecinos a acusar a Saied de presionar al poder judicial para intimidar a los opositores políticos.