Las cuatro condiciones turcas para la retirada de sus tropas de Siria, tal y como informan los medios de comunicación, han suscitado dudas sobre la realidad de la posición de Turquía respecto al régimen de Bashar Al-Assad, y si Ankara ha cambiado su postura de negarse a reconocer su legitimidad. En lo que parecía ser una respuesta al enviado ruso a Siria, Alexander Lavrentiev, el periódico turco Hurriyet citó fuentes no identificadas e informó el 24 de diciembre de que las cuatro condiciones son que todas las partes se pongan de acuerdo en la nueva constitución para proteger los derechos de todos los grupos del pueblo sirio; establecer un sistema electoral en el que todos los grupos puedan participar libremente; formar un gobierno legítimo tras las elecciones; y que este gobierno elimine las organizaciones terroristas que atentan contra la integridad territorial de Turquía.
La importancia de la cuestión radica en que Turquía es actualmente el único país directamente implicado en la crisis siria que se niega públicamente a reconocer la legitimidad del régimen de Damasco. También es el único país que sigue apoyando abiertamente a la oposición. Es cierto que las condiciones se mencionaron en un informe periodístico, pero la falta de comentarios oficiales al respecto después de todo este tiempo, ni negando ni confirmando, ni siquiera aclarando, le da cierta credibilidad.
Lo que está claro es que las cuatro condiciones para la retirada de Siria no estipulaban abiertamente la salida de Assad y del régimen. ¿Ha cambiado la posición declarada de Turquía al respecto?
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Turquía es uno de los países que ha cambiado su posición sobre la situación en Siria desde el inicio de la revolución en 2011, basándose en tres criterios básicos: la condición sobre el terreno en Siria, el enfoque internacional de los acontecimientos y su propia situación interna. Así, tras años de apoyo a la oposición, Ankara aceptó la idea de una solución política que busca sacar a Assad del futuro gobierno de Siria, pero que no estipula su salida en primer lugar. De este modo, Turquía participa en el actual proceso político, incluidos los trabajos del Comité Constitucional, que tiene lugar entre el régimen y la oposición.
Ankara también habla de vez en cuando de canales de comunicación y contacto con el régimen sirio a través de su agencia de inteligencia, así como del canal indirecto ruso conocido por todos. Por lo tanto, su posición antes de que se plantearan las cuatro condiciones no era exigir el derrocamiento del régimen, ni siquiera su salida inmediata, sino trabajar para que no gobierne Siria tras la solución política.
En resumen, esto significa que Turquía trata con el régimen pero no lo reconoce, aunque hay muchas voces dentro de Turquía -algunas cercanas al gobierno- que piden que se reconozca y se coopere con él en el marco del objetivo común, que es impedir la creación de un estado kurdo para el PKK en el norte de Siria.
Uno de los motivos por los que Ankara no reconoce al régimen de Damasco es que pondría a Turquía en una posición incómoda si exigiera la retirada turca de Siria; el régimen lo ha hecho antes y lo volverá a hacer. Por el momento, la presencia de Turquía es legítima; está actuando dentro de Siria con varios pretextos, entre ellos las cuestiones relativas a la legitimidad del régimen y su capacidad para extender su control sobre el territorio y proteger las fronteras.Dentro de las cuatro condiciones también se hace referencia a una situación en la que será difícil que el propio Assad permanezca en el poder. Redactar una constitución que todos los sirios acepten, celebrar elecciones en las que todos los sirios participen y acepten, y formar un gobierno que represente a todos los sirios significa que el régimen imaginado y esperado en el futuro será algo muy diferente del actual, a menos que los sirios acepten la continuación del régimen actual, incluida su cabeza, pero eso requiere otro debate.
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La relativa calma y apertura actuales en la región, incluida la apertura de algunos países árabes al régimen sirio, puede significar que en el futuro se tomen medidas atenuantes hacia Assad. Asimismo, pueden producirse novedades en las relaciones entre Ankara y Damasco. Sin embargo, no hay indicios de que Turquía haya cambiado sus posiciones declaradas sobre la cuestión siria en general, y el régimen en particular.
Incluso la idea de desarrollar el Acuerdo de Adana que fue mencionada por los rusos y en un informe que hablaba de una reunión entre Turquía y el régimen sirio en Jordania -reunión que este último negó y las dos supuestas partes no comentaron- implica la posibilidad de desarrollar las relaciones entre ambas partes. Sin embargo, Turquía busca profundizar su papel en el norte de Siria y no acabar con él o retirarse, y esto es lo que está empujando a Ankara a posponer su reconocimiento del régimen o a no reconocerlo en absoluto.
A largo plazo, es lógico que Ankara se sitúe en el marco regional e internacional que opera sobre la base de aceptar lo que los sirios aceptan. Sin embargo, en cualquier caso, la búsqueda de una solución estable y sostenible en Siria impulsará en el futuro la idea de que todos, incluso Rusia, abandonen a Assad y quizás reestructuren el régimen sin él en la cima. Este será un compromiso que satisfaga a las distintas partes regionales e internacionales y garantice sus intereses.
Este artículo apareció por primera vez en árabe en Arabi21 el 4 de enero de 2022
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