Las relaciones franco-marroquíes se han tensado durante meses a raíz de las afirmaciones de que Rabat utilizó el programa espía israelí Pegasus para recopilar información de los teléfonos de funcionarios franceses, incluido el presidente Emmanuel Macron.
El pasado mes de julio, los fiscales franceses dijeron que habían abierto una investigación sobre las acusaciones de que los servicios de inteligencia marroquíes utilizaron el programa malicioso Pegasus, fabricado por Israel, para espiar a varios periodistas franceses.
La investigación se llevó a cabo después de que más de 80 periodistas de 17 organizaciones de medios de comunicación de diez países colaboraran de forma pionera y descubrieran que hasta 50.000 números de teléfono habían sido seleccionados por numerosos Estados para su vigilancia mediante la tecnología de espionaje israelí.
Macron, el ex primer ministro francés Edouard Philippe y 14 ministros franceses fueron objeto de una posible vigilancia en nombre de Marruecos en el caso del programa espía Pegasus, según reveló la investigación.
Un veterano diplomático francés retirado dijo que las visitas entre los ministros franceses y marroquíes se han detenido porque París aún no ha decidido si Rabat espió a Macron o no.
A raíz de las acusaciones francesas, Marruecos presentó demandas por difamación contra Amnistía Internacional y la organización francesa de medios de comunicación sin ánimo de lucro Forbidden Stories, que afirmaban que los servicios de inteligencia de Rabat habían utilizado el programa de espionaje para teléfonos móviles Pegasus contra decenas de periodistas y funcionarios franceses, incluido Macron.
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