Al evaluar la participación militar de Turquía en los últimos años -incluida la de Siria, Libia y el conflicto de Nagorno-Karabaj- hay que destacar una cosa: las importantes capacidades de sus drones militares.
Durante los últimos 10 años, la exportación de armas turcas ha estado directamente relacionada con el ascenso económico del país, así como con su maniobra política. Estas ventas han llevado a acuñar un nuevo término, "diplomacia de los drones".
Según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), Rusia ha sido un actor dominante en el mercado de armas africano, con un 49% del nivel de importaciones del continente entre 2015 y 2019. Aunque Rusia tiene una enorme capacidad de venta de armas en la región, el interés por el armamento turco es cada vez mayor.
El mes pasado, el tema principal de una Cumbre de Asociación Turquía-África de tres días de duración fue la cooperación en materia de defensa entre Turquía y sus homólogos africanos. Líderes y altos ministros de 39 países, incluidos 13 presidentes, se reunieron en Estambul con el presidente Recep Tayyip Erdoğan para establecer una agenda de cooperación militar.
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Francamente, la principal razón por la que los líderes africanos buscan oportunidades para comprar equipo militar a Turquía es su precio más barato y con menos condiciones previas. Los equipos armados de bajo coste del ejército turco, como los drones Bayraktar TB2, son demandados para la futura guerra en África. Según un informe publicado por el Wall Street Journal, los drones turcos "apuntan a que la guerra del futuro estará conformada tanto por vehículos de combate baratos pero eficaces como por los caros con la tecnología más avanzada".
"Un conjunto de seis drones turcos Bayraktar TB2, unidades de tierra y otros equipos de operaciones esenciales cuesta decenas de millones de dólares, en lugar de los cientos de millones del MQ-9 estadounidense", destacaba el informe.
Angola es el último país que ha manifestado su interés por los vehículos aéreos no tripulados (UAV) durante la primera visita de Erdoğan al país del sur de África el pasado mes de octubre.
"A corto plazo, hemos acordado aumentar nuestro volumen de comercio bilateral anual a 500 millones de dólares", señaló el presidente Erdogan, frente a los 250 millones actuales. Se espera que la mitad de este comercio se convierta en equipamiento militar.
Diplomacia de bases aéreas y despliegue de tropas
El compromiso militar de Turquía con África no se limita a la venta de armas. Actualmente hay más de 40 embajadas turcas en África, y Turkish Airlines, controlada por el Estado, vuela a más de 50 destinos africanos. Hay 37 oficinas militares de Turquía en el continente africano. En Marruecos, Somalia y Túnez, Turquía ya tiene bases militares.
La base más destacada, CAMP TURKSOM, es la mayor base militar de Turquía en el extranjero del mundo. Según el artículo del experto militar y de defensa, Can Kasapoglu, publicado por la Fundación Jamestown en el verano de 2020, Turquía había graduado a unos 2.500 soldados somalíes.
El informe añade que el próximo Eagle Land africano de Turquía estaría en Libia, ya que Turquía y Libia firmaron un acuerdo de cooperación militar en 2019. Aunque creó tensiones entre Turquía y Francia, Turquía logró desplegar tropas en Libia en virtud de un acuerdo de cooperación militar firmado con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) con sede en Trípoli. Se ha informado de que envió a miles de combatientes sirios a Libia.
Además, en la última semana de diciembre de 2021, Turquía estaba dispuesta a reunirse y hablar con el general golpista con base en el este, Mevlut Cavusoglu, ministro de Asuntos Exteriores. Además, está claro que Turquía está tratando de desarrollar un enfoque diplomático equilibrado en Libia entre el señor de la guerra Khalifa y el gobierno de Trípoli. El Memorando de Entendimiento militar firmado entre ambos países sigue vigente y Turquía sigue entrenando a las tropas en el país norteafricano para la lucha antiterrorista.
En resumen, los drones turcos están muy solicitados en toda África, lo que pone de manifiesto la diplomacia de los drones de Turquía en la región. Justo después de las exitosas operaciones militares en Libia, Siria y, sobre todo, en Azerbaiyán, los drones y vehículos aéreos no tripulados armados Bayraktar TB2 están llamando la atención de los posibles países compradores como tecnología probada en combate. Sin embargo, el mayor desafío para Turquía en el comercio militar en África es el poder militar de China. China es el principal rival de Turquía en cuanto a tecnología de drones. China tiene una ventaja en cuanto a los costes al reducir el precio a cambio de otras concesiones de los estados africanos. Para mantener el éxito de la diplomacia de los drones, Turquía sólo puede ser superior a China ofreciendo un servicio y unos estándares garantizados por la OTAN de alta tecnología. Y lo que es más importante, debe ampliar el alcance de su cooperación con los países africanos para incluir proyectos de desarrollo.
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