Hasta 21 organizaciones tunecinas han denunciado la "represión policial" de manifestantes pacíficos después de que las fuerzas de seguridad dispersaran por la fuerza a los manifestantes contrarios al presidente Kais Saied el viernes.
Las organizaciones, entre las que se encuentran el Sindicato de la Prensa Tunecina, el Foro Tunecino para los Derechos Económicos y Sociales, la Asociación Tunecina de Mujeres Democráticas y Abogados sin Fronteras, afirmaron en un comunicado conjunto que la represión indica que "las autoridades tunecinas pretenden controlar Túnez con mecanismos antidemocráticos y civiles que sólo alimentarán la ira contra el estamento de seguridad y profundizarán la crisis entre los ciudadanos y el Estado".
Las organizaciones consideraron al presidente del país, Kais Saied, y a su ministro del Interior, Taoufiq Sharaf El-Din, plenamente responsables de los incidentes.
El comunicado acusa a las fuerzas de seguridad de cometer "prácticas arbitrarias que afectaron a cientos de tunecinos, causando graves daños físicos y psicológicos a decenas de ellos" y pide a la autoridad judicial que abra una investigación sobre estas prácticas.
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El viernes, las fuerzas de seguridad tunecinas dispersaron a cientos de manifestantes contra Saied, utilizando granadas de sonido, cañones de agua y gases lacrimógenos, e impidieron que llegaran a la principal calle Habib Bourguiba de la capital.
En una declaración separada, la Autoridad Nacional para la Prevención de la Tortura dijo que sus abogados habían sido retrasados antes de entrar en la sede de los organismos de seguridad para buscar a sus representantes, en clara violación de su derecho a entrar en todos los lugares de detención en cualquier momento de su elección, como dicta la ley.
La Autoridad confirmó que había supervisado una fuerte presencia de seguridad en el centro de la capital, especialmente en los alrededores de la calle Habib Bourguiba, que estaba completamente acordonada y todas las salidas que conducían a ella estaban cerradas.